(DOMINGO 03 DE OCTUBRE, 2021-EL JORNAL). Hace unos días reunidos en el parque de Acosta, estuvimos recordando algunas cosas de este hermoso cantón: el kiosko del parque, la Escuela Cristóbal Colón y su escenario, el mercado viejo, la Botica y el cine de don Pepe Haug, las palmeras, el play, la pulpería de “Min Monge” (La Bodeguita), La Estrella del Sur, de Tino Granados, la cantina de Saúl Mora, los helados de resbaladera de Quías Cerdas, los salones de baile: La Piragua, El Tenampa, El María Estela y El Tágaro.
Pero lo que más llamó la atención fue recordar los palos de mango del parque Víctor Manuel Sababria, conocido como Monseñor Sanabria, y aquellos poyos (bancas) de cemento, y por qué deseo destacar estos palos de mango, porque se daban en la mayoría de parques del país, allí jugábamos de niños, comíamos la sabrosa fruta, y quizá conocimos nuestro primer beso, pero como todo lo bueno, lo desaparecieron.
¿Usted alguna vez se llenó de cal la espalda en uno de esos palos de mango del parque de Acosta?
