(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 13 DE MARZO, 2019-EL JORNAL). Las aves, como seres vivos de nuestro planeta, tienen una estrecha relación con el ambiente, situación que no los exime a las mutaciones que todo ser vivo se ve expuesto.
En estos días, que hemos estado observando nuestro jardín, nos hemos llevado una gran sorpresa, porque un visitante ordinario de nuestro jardín tenía una característica muy peculiar.
Mientras tomábamos fotos de las aves del jardín, apareció un grupo de cinco Pinzones (Melozone leucotis) y entre ellos había uno con una característica diferente a los otros: su cola y parte de sus alas eran totalmente blancas, así como algunas plumas sobre su dorso.
Esta particularidad es conocida como “leucismo”, y consiste en que las enzimas que dan el color a las plumas se ven alteradas por un gen recesivo, el cual provoca que el color propio esté ausente, dando una coloración blanca en algunas partes de su cuerpo.
Este, a pesar de su peculiar coloración, a nuestras observaciones, este no era reprimido o discriminatorio por los de su especie y se mantenía activo ni impedía al Pinzón tener una actividad grupal.
Los Pinzones Orejiblancos son muy comunes en jardines, cafetales y zonas de crecimiento secundario. Permanecen en grupos a nivel del suelo donde buscan insectos, arañas y algunas semillas entre la hojarasca para su alimento.
Las aves, además de darnos sus cantos y plumajes para deleitarnos, nos enseñan que, aunque alguno de ellos nazca con características diferentes, no es motivo para discriminarlo, por el contrario, le da un valor especial.
*Turismo Ornitológico /Licencia ICT 2423
