(MARTES 04 DE ENERO, 2021-EL JORNAL). La actividad de Pajarear en la zona de Acosta ha ido creciendo de forma notable. Mujeres, hombres, niños, jóvenes y adultos se han inclinado a este movimiento.
Uno de estos, un niño de apenas 11 años, fotógrafo de aves y ahora seguidor de esta columna, con gran emoción nos comenta sobre un avistamiento que recién acababa de tener.
Resulta que, en la finca de su familia, tienen un jardín con plantas, árboles y un comedero para atraer aves. Nos comenta Santiago, quien así se llama este joven: “Me encontraba en una mañana observando los alrededores del lugar, cuando de pronto algo asustó a las aves que merodeaban. Extrañado de tal reacción traté de prestar más atención para buscar el motivo del alboroto de las aves”.
“Con gran emoción sobre unas ramas bajas de unos árboles, pude observar algo como un gavilán, pero que no tenía las características conocidas de los que comúnmente se observan por ahí”.
Un Gavilán Piquiganchudo (Chondrohierax uncinatus). Como su nombre lo dice, este se reconoce por su pico de forma de gancho. Lo curioso de esta ave, es que su principal alimento son caracoles, los que atrapa de los pantanos y tierras inundadas. No se le conoce que atrape aves, aunque sí lagartijas.
La emoción que comparte Santi, también nos invade, ya que esta especie es la primera vez que se observa por estos contornos. Habita en bosques densos y crecimiento secundario, donde haya cuerpos de agua, de donde saca su alimento.
Nos alegra que personas jóvenes, con una mentalidad fresca y que desarrollan habilidades para la observación de aves, nos compartan estos avistamientos y que además promuevan la conservación de las especies y su hábitat.
Adilio Antonio Zeledón Meza/ Bachiller en Gestión de Turismo Sostenible /Licencia ICT 2423