(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 01 DE DICIEMBRE, 2017-EL JORNAL). En la observación de aves, un factor importante consiste en prestar atención en diferentes puntos del entorno en que nos aprestamos a “Pajarear”. Desde el suelo, sobre las ramas, copas de los árboles y en el aire, ya que las aves, en su diversidad, ocupan todos los niveles del bosque.
En las zonas altas, siempre podemos apreciar, volando en grupos de hasta 20 individuos, palomas moradas que, saliendo en vuelo con gran dinamismo, llegan a posarse sobre las copas de árboles altos y expuestos.
La “Paloma Collareja” (Patagioenas fasciata) es una de las palomas moradas más grandes de nuestros bosques. Su plumaje morado purpura iridiscente, con matices de verde y azul. Sobre su nuca y parte de la punta de su cola una franja blanca brillante. Pico y patas amarillas. Ambos sexos son similares. Se alimentan de diversos tipos de bellotas, los que comen tomándolos de las ramas de las copas de los árboles, reunidas en grupos numerosos. Salen en vuelo veloz y potente, sobre los valles y onduladas, hasta otro árbol.
Estas palomas son de tierras altas, onduladas y con bosque. En nuestra zona son muy comunes, pero su cantidad se vio muy reducida por la caza para su carne.
La diversidad de palomas en nuestro país es amplia, ya que hay especies que permanecen a nivel del suelo, otros sobre las ramas medias de árboles y arbustos y las palomas moradas, que siempre permanecen sobre las copas de los árboles.
Nos comentaba un abuelo de un pueblo de nuestro cantón, que hace muchos años se podían ver grupos muy numerosos de estas palomas, que parecían nubes sobre el cielo volando sobre las montañas.
La populación de estas palomas se vio afectada por la pérdida de su hábitat y cacería.
Afortunadamente, la conciencia y el respeto por la naturaleza y otro tanto hecho por las leyes, ha propiciado que esta especie se recupere y se observe con más facilidad en la actualidad.
*Turismo Ornitológico
