(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 19 DE FEBRERO, 2019-EL JORNAL). La diversidad de especies de nuestro país no tiene límites. Saliendo a pajarear a la zona de Pital de Alajuela, donde realizamos un conteo de aves en la Reserva Quebrada Grande, pudimos apreciar especies que difícilmente se den por aquí y otras que sí, asunto que nos interesaba en el grupo.
Casi finalizando el recorrido, observando sobre las flores de un árbol de Guaba, un compañero divisó sobre una rama, cerca de unas flores, un ave diminuta que acicalaba sus alas de forma graciosa y coqueta.
Para nuestra emoción, se trataba del Jacobino Nuquiblanco (Florisuga mellivora) de la familia de los Colibríes, especie residente de las tierras bajas de nuestros bosques y jardines, tanto Caribe como en el Pacífico.
Hembra y macho difieren en color de plumaje. El macho presenta pecho y abdomen blancos, dorso, alas y cola verde iridiscente. Cuello y cabeza azul oscuro. La hembra menos colorida, con verde iridiscente sobre su cabeza, espalda, alas y cola. Abdomen blanco. Pecho y garganta blanco con manchas azul y verde. Ambos presentan una línea blanca sobre su nuca. El pico de ambos es corto y recto.
Frecuenta bordes de bosques, jardines y árboles de zonas de crecimiento secundario. Se alimenta de néctar y algunos insectos pequeños.
La elegancia del Jacobino demuestra que la belleza de las aves no tiene que ver con el tamaño.
Salir a “Pajarear” es toda una aventura, por cuanto la diversidad de especies varía en tamaños, plumajes, hábitats y comportamientos. Esto hace la actividad muy interesante, ya que podemos tener una variedad de opciones que sin dudarlo nos deleitarán en cada salida.
Adilio Antonio Zeledón Meza
Turismo Ornitológico
Licencia ICT 2324
