(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 24 DE MARZO, 2017-EL JORNAL). Nuestros bosques están llenos de sorpresas, nos enseñan la gran biodiversidad que los componen y que, como especies creadas por la misma mano, somos parte de ellos.
Adentrándonos a “Pajarear” en los bosques que se ubican en el sector sur del cantón, propiamente los que se ingresa por Tiquires, Sabanillas y Zoncuano, es donde podemos encontrar mucha de esta rica biodiversidad.
En artículos anteriores les comentaba sobre las joyas de aves que en ellos habitan. Llegando nos más donde se inicia la vegetación propia del lugar, comenzamos a observar estas aves.
En un grupo de varias especies de aves, que rebuscaban entre las ramas de los árboles su alimento, observamos la “Siete Colores” o “Mariposa” (Tangara larvata). De la familia de las Tangaras, esta especie es inconfundible por sus llamativos colores. Macho y hembra son iguales, presentan variados colores en diferentes tonalidades, entre verde, azul, amarillo, blanco y turquesa. Lo más llamativo y distintivo es el color dorado sobre su cabeza, a manera de capucha, con máscara negra, bordeada de azul, que cubre sus ojos. Cuando son jóvenes sus colores son más opacos.
Se alimentan de semillas, frutos muy maduros e insectos. Andan en parejas o en grupos con otras especies de aves. Sobrevuelan entre árboles de buen follaje de los bosques húmedos, áreas de crecimiento secundario y lugares aledaños de sembradíos donde haya árboles frutales, como mangos, guayabas y bananos.
La “Siete Colores”, es un ave que motiva a los fotógrafos de aves a visitar estos bosques para plasmar su belleza, ya que sus vivos colores lucen muy relucientes cuando están adultas, llegando a ser otra joya de nuestros bosques.
La conservación de estos bosques nos asegura una amplia variedad de especies, para el disfrute en el campo de la observación y fotografía de aves.
*Observador de aves
