(SAN JOSÉ, COSTA RICA 10 DE ABRIL, 2017-EL JORNAL). Muchos de los que regularmente salimos a Pajarear, nos gusta poner atención a los colores y cantos de las aves que encontramos en los sitios que visitamos. Y es que, en el mundo de las aves, el canto y plumaje tienen una función importante entre ellas.
En estos días, en que la transición de la estación seca a la lluviosa está comenzando y las lluvias aparecen como gotas milagrosas para refrescar el ambiente, los árboles inician su floración y los frutos diversos comienzan a madurar. Esto hace que las aves tengan un comportamiento más activo y visiten los árboles en busca de alimento.
En un árbol de Guarumo, en nuestro jardín, esta acción no pasa desapercibida, varias especies de aves se acercan a saborear sus semillas, guardadas en los “amentos” (espigas o vainas redondas).
Entre las aves que se acercan, está la “Teresita” o “Pájaro Chancho” (Tityra semifasciata), que hace gala de su figura ante nuestra mirada.
Su plumaje; ampliamente blanco todo su cuerpo, presenta unas líneas negras en sus alas y cola. Su cara, bordeada con una línea negra que la separa de la cabeza, es roja y la mayor parte del pico, del cual solo su punta es negra. La hembra difiere en su color con el macho, ya que sobre su cabeza y espalda es café claro.
Generalmente andan en pareja, hembra y macho. Su alimento consiste en frutos, flores e insectos. Vuelan sobre las copas de los árboles en los bosques, áreas despejadas aledañas y árboles en áreas urbanas. Ambos producen un sonido, tipo graznido leve, que de este se les dice comúnmente “Pájaro chancho”.
Esta especie, anteriormente había que visitar zonas alejadas para poder observarla, pero ahora es una gran emoción verla por estos contornos, ya que, en su color blanco y la máscara roja de su cara, las hace muy visibles y llamativas. El fotografiarlas se vuelve un reto, ya que su color claro contrasta con el claro del cielo, siendo un reto para los amantes de la fotografía de aves.
*Observador de aves
