(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 18 DE JULIO, 2017-EL JORNAL). Cuando salimos a “Pajarear” podemos darnos cuenta de que en el mundo las aves y todas las especies en general, tienen una función en el ecosistema que viven.
Además de su función en la naturaleza, estas tienen comportamientos extraordinarios, que raramente nos percatamos de ello.
Hace unos días, me comentaba un lector de esta columna, que se había encontrado un nido o “nidada”, entre unas ramas, sobre un tronco, lleno de bejucos y ramas secas. Que logro contar cerca de 15 huevos y que había unos “Tijos” a su alrededor.
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Los “Tijos” o “Garrapateros” (Crotophaga sulcirostris), son aves que, como su nombre lo indica, se alimenta de garrapatas que arrancan del ganado vacuno, también de los insectos que estos espantan, en su deambular entre los repastos, como saltamontes o grillos. En ocasiones, cuando se está preparando el terreno para algún cultivo, se acercan sobre la tierra removida para recoger lombrices.
Su plumaje, totalmente negro lustroso, con un azul oscuro sobre las alas y cola. Su pico, grueso y curvo, a manera de pinza, especial para arrancar las garrapatas.
Se les ve con mucha frecuencia en repastos y áreas de cultivo, jardines y matorrales, en grupos de varios individuos o una pareja.
En ocasiones, cuando es la época de anidación, varias parejas hacen un nido comunal, donde sus huevos son cuidados por una pareja o todas.
Cuando se sale a “Pajarear”, no solo observar colores, tamaños y escuchar sus cantos es la razón, sino que debemos prestar atención a sus comportamientos, ya que estos están llenos de sorpresas y son de importancia para el ecosistema.
