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Saprissa en el desierto

(LUNES 18 DE ABRIL, 2022-EL JORNAL). Ya Jeaustin Campos lo había adelantado: llegaba al Saprissa sin prometer milagros y sin la expectativa de sacar conejos de la chistera, porque el único camino era el trabajo.

Lo que pasa es que el campeonato nacional ha entrado, muchas veces, en una especie de túnel mágico, en el que un equipo gana tres partidos seguidos y ya está en zona de clasificación.

Frente a Cartaginés se comprobó lo que se ve a leguas: Saprissa es un equipo limitado en todas las zonas del campo. No goza de una defensa excelsa. El mediocampo es su mejor línea con Torres y con Guzmán que le dan un buen equilibrio, pero aquí todavía faltan piezas por encajar. Y adelante no hay un jugador que marque pautas a falta de un buen juego colectivo.

Se demostró ayer que lo del Saprissa es estructural: es decir, se contrató mal y con limitaciones económicas y a la vista están los resultados. Si el  torneo se pone serio y eso significa que los que hoy están en la parte alta de la tabla aprietan los dientes, los morados deberían quedarse fuera de la segunda fase.

Lo he dicho en esta columna y lo voy a repetir una vez más: Saprissa necesita más trabajo y menos ‘twees’. Solo Donald Trump era capaz de gobernar a punta de ‘twees’ a las tres de la mañana y ya sabemos el desastre de gobierno que hizo.

En medio de la tempestad, Saprissa debe recobrar aquello que lo distinguió desde que Beto Fernández guiara a aquel grupo de chiquillos en las canchas de San José: la atracción de grandes jugadores.

Es de lo que má carecen hoy, y la dirigencia debe bajar a tierra y saber que esto es fútbol, que no es física cuántica y que, por lo tanto, se debe atender más a la pelota y menos al ‘marketing’, porque este último en realidad funciona cuando en la cancha hay una puesta en escena deslumbrante, que atrae aficionados y resultados.

Lo del Saprissa es una travesía por el desierto, pero previsible, porque hace ratos viene dando signos de agotamiento, y para ello no necesita Jeaustin Campos sacarse ningún conejo de la chistera: es una realidad a pleno sol.

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL

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