(SAN JOSÉ, COSTA RICA-15 DE MARZO, 2018-EL JORNAL). Cuando un propietario necesita vender un inmueble muchas veces lo primero que piensa es: no voy a darle comisión a nadie, esto yo lo puedo vender rápida y fácilmente.
Entonces, muy entusiasmado coloca un rótulo de se vende y se sienta a esperar que se le haga el milagro. Y zasss, alguna que otra vez sucederá el ansiado milagro en menos de lo que canta un gallo.
¿Significa ello que siempre será así? No, es todo lo contrario. Por lo general se ven esos rótulos desgastados por el tiempo y la venta no se concreta.
¿Por qué sucede esto? Porque en la actualidad, más que nunca en la historia, la oferta de bienes raíces es alta, más alta que la demanda, de modo que la competencia es mucho más feroz. En ese sentido, es necesario, oportuno y recomendable asesorarse por un corredor de bienes raíces certificado o de una persona que tenga amplia experiencia en el mercado y que pueda orientar tanto al vendedor como a los posibles compradores.
¿Qué resulta más barato entonces, vender por cuenta propia o contar con un intermediario? La respuesta es simple y directa: es recomendable contar con un intermediario, que ha desarrollado técnicas de venta, que tiene contactos, que está dispuesto a invertir tiempo y dinero y que tiene la experiencia en el campo.
Si usted que quiere vender o quiere comprar y no cuenta con ninguno de esos atributos antes descritos, lo mejor es que se deje asesorar por un corredor o por una persona con experiencia en el campo de los bienes raíces.
Al fin y al cabo, respirará más tranquilo y se dirá: ¡qué bien, lo hemos logrado!