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En Costa Rica todo es al revés

Lic. Rafael Ugalde Quirós*

 

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 29 DE SEPTIEMBRE, 2018-EL JORNAL). ¿Por qué a un país como Costa Rica, con tantas  personas tituladas, nos cuesta tanto encontrar rutas correctas para nuestra selección de fútbol, la reforma fiscal, aplicación de la justicia, la crítica de arte, el buen periodismo etc., etc? Se supone que alguien que es máster, licenciado o doctor en esto y  aquello, tiene una buena formación.

Hace poco, por ejemplo, no hubo periodista deportivo que nos dejara de informar sobre  la selecta lista de nombres que la comisión especial tiene para designar el futuro entrenador de la Selección de fútbol que irá al mundial de Qatar 2022.

Sin mayor lógica nos dicen  que a Jorge Luis Pinto se le bajó el puntaje final porque no había jugado al fútbol, que en la lista está el mexicano tal, el colombiano de tantos mundiales, que a este le gusta la disciplina; en fin, un conjunto de sin sentidos, como que ahora tendremos un buen entrenador que superará lo alcanzado en Brasil 2014 porque jugó al fútbol. Todo un contrasentido.

Una Asociación de jueces se queja porque una magistrada pudo adelantar criterio en materia  laboral; que un dirigente sindical  rechaza el paquete fiscal y  tiene una pensión juvenil de más de un millón de colones, que los taxistas dicen que no se oponen a la apertura de este servicio, pero exigen el cierre de una plataforma que ofrece un mejor servicio que ellos.

¿Por qué en una nación con tanta gente instruida los hechos no son coherentes con  las palabras de sus voceros? Se me hace  que la crisis que vivimos es de coherencia ideológica y  moral. Y  donde hay incoherencia e inmoralidad,  falta la sabiduría.

Una persona puede poseer uno o varios títulos universitarios y no por eso es sabio. Es una persona instruida, pero desconoce que el verdadero sabio no se improvisa en cuanto a la coherencia  entre su “sentir”, su “pensamiento” y su “actuar”. Equilibrio perfecto, diría Pitágoras.

“Sentir” por lo que otros “sintieron” nos disminuye el “pensamiento” propio y, por lo tanto, mi “acción” dependerá de los “otros” anteriores. Ello nos quita autenticidad como personas y nación, porque vivimos pendientes de lo que piensan los demás y jamás habrá ánimo para transformar lo existente. Recuerde: donde no hay sabiduría habrá miedo y la libertad es un engaño.

 Para un sabio judicial   su “sentir”, ”pensamiento” y “acción” le obligaría a plasmar en cada  sentencia suya su sabiduría, en lugar de acudir a las redes sociales para que vean  su nivel de “instrucción”; pues si bien la fama y el reconocimiento  son muy humanos, es inversa al saber universal.

¿Por qué negarle al aficionado que el próximo entrenador de la selección – no importa cómo se llame- tendrá que adaptarse a nuestra “estrellas” en el exterior y no ellas al equipo? En ninguna empresa del mundo los patronos se adaptan a los empleados, pero bueno…, en mi país, todo es posible. Todo es al revés.

Los artículos de los colaboradores no necesariamente la línea editorial de EL JORNAL.

*Periodista y abogado.

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