(San José, 5 de septiembre, 2012). El reloj del comedor marcaba las ocho y cuarenta y dos minutos de la mañana, cuando todo comenzó a menearse. Cayeron primero unos vasos, después los utensilios usados en el desayuno se deslizaron hasta rebotar en el piso, mientras las mascotas corrían a refugiarse debajo de unos asientos. Fue cuando tomé conciencia de una serie de hechos que veinticuatro horas antes parecían a sin sentido.
Dos queridos amigos de la localidad occidental de San Ramón, provincia de Alajuela, Mario y Luis, en un correo lamentaba que gente con algún nivel de decisión política no gubernamental dejaran pasar las afirmaciones que insistentemente aparecían en las redes sociales sobre un terremoto que provocarían en el país.
Se refería a que una semana antes de este temblor de más de 7.6 grados en la escala de Ritcher, el pasado 5 de setiembre, ya la Comisión Nacional de Emergencia (CNE) previno sobre un posible fuerte sismo en el Pacífico costarricense – Guanacaste o Puntarenas-; y pidió entonces a los habitantes de la ciudad de Nicoya, específicamente, estar alerta. Esto me consta, pues lo vi en un telenoticiero.
Además esta alerta de la CNE coincidía con las gestiones oficiales de la Embajada de Estados Unidos para que autorizaran cuanto antes los atraques de una serie de buques de guerras, no solos dotados con armas de exterminio para “el combate del narcotráfico”, sino con lo último en tecnología. También lo leí en el Diario Extra y La Nación.
REDES SOCIALES Y HAARP
No había aprobado el martes 4 de septiembre la Asamblea Legislativa el ingreso de los navíos de guerra estadounidenses, encabezados por el destructor USS Iwo Jima- con la oposición del Partido Acción Ciudadano (PAC) y el Frente Amplio (FA) – cuando ya un importante grupo de costarricenses aseguraba que el terremoto en Costa Rica era inminente, gracias al programa High Frequency Advanced Auroral Research Project ( HAARP).
En principio el HAARP sonaba a misterio y la Fuerza Aérea y la Marina norteamericana ni siquiera se molestaban en atender las supuestas conjeturas que hacían “inexpertos” en materia meteorológica, hasta que los similares rusos dejaron al descubierto los planes militares, según ellos, de Estados Unidos, a fin ce controlar el clima y la misma humanidad. En América Latina, el presidente venezolano, Hugo Chaves, el año pasado levantó la voz contra el terremoto de Haití (2010) según el cual, fue provocado como parte de experimentos de este programa. (verDossier Geoterrorismo; Ejemplos de HAARP como “el arma escalar … https://elobservatoriodeltiempo.wordpress.com/2012/08/31/dossier-geoterrorismo-ejemplos-de-haarp-como-el-arma-escalar-discreta-de-la-geoingenieria-entrevista-al-ingeniero-chileno-pedro-gaete/)
Lo que sí ya está claro- eso ya no se niega- es que el Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia – traducido al castellano- .está en unas instalaciones militares situadas en Gakona, Alaska, que consta en 180 antenas que funcionando en conjunto será como una sola antena que emite 1 GW =1.000.000.000 W, es decir un billón de ondas de radio de alta frecuencia las cuales penetran en la atmósfera inferior e interactúan con la corriente de los elecrojets aureales. El profesor José Tous Borrás, en su artículo ¿ La tierra en peligro? (véase http://www.meteored.com/ram/2487/el-proyecto-haarp/http://www.meteored.com/ram/8668/armas-meteorolgicas-el-proyecto-ruso-sura-la-contrapartida-de-haarp/ II parte), es del criterio que en este mismo sentido ya trabajan los rusos.
Resulta prudente recordar que la tierra se encuentra envuelta y protegida por la atmósfera. La otra capa, la troposfera, se extiende desde la superficie terrestre hasta unos 16 km de altura. La estratosfera, con su capa de ozono, se sitúa entre los 16 y 48 km de altura. Más allá de los 48 km tenemos la ionosfera que llega hasta los 350 km de altura. Unos cinturones llamados de Van Allen se sitúan a distancias superiores y tienden a captar las partículas energéticas que tratan de irrumpir en la tierra desde el espacio exterior.
Según Borrás, los pulsos emitidos artificialmente estimulan a la ionosfera creando ondas que pueden recorrer grandes distancias a través de la atmósfera inferior y penetran dentro de la tierra para encontrar depósitos de mísiles, túneles subterráneos, o comunicarse con submarinos sumergidos, entre mucha otras aplicaciones. Pero también esta tecnología posibilitaría no solo localizar un misil bajo suelo, sino aplicarla al mismo tráfico de drogas o inventariar la riqueza marina, con fines de seguridad nacional.
El HAARP enviará haces de radiofrecuencia dentro de la ionosfera, los electrojet ( electricidad que flota sobre la tierra) afectarían al clima global, algunas veces durante una tormenta eléctrica llegan a tocar la Tierra, afectando a las comunicaciones por cables telefónicos y eléctricos, la interrupción de suministros eléctricos, alterando el clima e incluso modificando el estado de ánimo del ser humano. De esta manera, a futuro, no solo controlarían el clima y con ello la producción de alimentos, sino las condiciones topográficas con fines militares.
Periodista, abogado y notario UCR.