(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 22 DE AGOSTO, 2018-EL JORNAL). Confieso que como portero de la selección nacional admiré sus reflejos de Águila y su capacidad de achique del área pequeña. Como miembro de la comisión encargada de escoger el futuro técnico del representativo patrio es, simplemente, todo un diplomático.
Incluso escuché decir a un colega que Erick Lonnis se había convertido en una especie de escudero del presidente de la Fedefutbol, Rodolfo Villalobos, al poner el pecho por el desastre ocurrido en el Mundial de Rusia 2018.
Si bien todos perdieron con el chasco en ese Mundial, después de que Lonnis dijo que la comisión escogería el nuevo técnico de la selección nacional tomando en cuenta conocimiento del medio y otros atestados, nadie apechugó responsabilidades por el descenso en el escalafón FIFA..
Aquellos seleccionados, que celebraron el nombramiento del anterior entrenador, no tomaron en cuenta la depreciación no solo de ellos, sino de nuevas figuras que añoraban ligas como la española, francesa o inglesa.
La depreciación luego del Mundial de Rusia ha llevado a que los jugadores ticos vengan de picada, en cuanto a cotizaciones en las principales plazas; pero perdieron también los patrocinadores de la Selección, con una relampagueante promoción de sus productos en la vitrina de un Mundial. Y ni se digan los clubes de la “Premier tica” y el país como un todo.
La diplomacia de Lonnis me entusiasmó durante todos los días que me tuvo en vilo por el nombramiento interino del entrenador del seleccionado para atender dos partidos en Asia. Si bien no compartí con Lonnis un análisis en torno por qué los países chicos no podemos aspirar a mucho en un Mundial, sus palabras me hicieron creer que ahora se había terminado las ocurrencias en nuestro fútbol.
El artículo de Lonnis lo divulgó ampliamente un publicación que de farándula es la primera, pero de fútbol sabe lo que un marciano juega. El nuevo subcampeón en Rusia, 6000 kilómetros cuadrados más que nuestro país, dio un tapabocas al farandulero.
Ahora me entero que Ronald González, a quien consideró un muchacho sano y bueno, pero aún inmaduro, se hará cargo de forma interina de la Selección mayor y que podría terminar al frente del plantel nacional, donde se requiere, por un lado, rejuvenecer casi todas las líneas, y por el otro, que quien esté al frente no haya tenido vínculos con los clubes nacionales interesados en promocionar a este o a aquel jugador para su venta, ni con las empresas de televisión, que convierten a los pobres técnicos en subordinados suyos.
Siento pena ajena por ver cómo un entrenador de la selección muchas veces debe suspender momentáneamente su quehacer para atender a la televisora, so pena de las “campañitas” esas de técnico brusco con la prensa, de “mano militari” contra los pobres jugadores, etc. etc.
Veremos si la diplomacia conchaba con el chilillo que se necesita y con el trabajo planificado con los recursos que ofrece la ciencia y la tecnología. Despierto en las madrugadas viendo cómo analizan la historia y el presente del balompié Croata, país con una organización bastante similar a la nuestra.
Me sublima escucharlos en sueños repetir la consigna croata: ¡Sí se puede… Sí se puede!
