(JUEVES 25 DE ENERO-2024-EL JORNAL). El triste run run de las redes sociales esta vez tuvieron razón sobre la ausencia del técnico de la Selección Nacional, Gustavo Alfaro, quien todavía no ha regresado de Argentina de sus vacaciones decembrinas.
En la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) no tuvieron la sensibilidad para comunicar con antelación que por una situación, al parecer, especial, ha tenido que permanecer en su país de origen.
Era tan fácil como comunicar la asuencia, por la sencilla razón de que si bien la Fedefútbol es un ente privado, realiza una función que termina por ser pública.
Y al aficionado le interesa cómo camina la Selección de cara al partido del 23 de marzo contra Honduras, por un cupo a la Copa América, que este mismo año se disputará en Estados Unidos.
Falta pericia al comunicar en la Federación, pero no es una situación accidental, sino que pienso que es deliberada. No interesa ni el aficionado ni nadie, porque los que mandan creen que eso es competencia exclusivamente de la dirigencia.
Se equivocan de principio a fin: la Fedefútbol, que entre otras funciones administra a la Selección, debe mantener una vía comunicativa abierta con el aficionado, al que sí le piden que llene las gradas del Estadio Nacional cuando se requiere.
A dos meses de enfrentar a los hondureños surge este paréntesis con Alfaro, que ya tuvo su primer gran traspié contra Panamá, al querer enderezar en día y medio el rumbo de un combinado que llevaba tres años a la deriva.
Horas bajas para nuestro fútbol desde el punto de vista dirigencial y se abre un gran enigma con miras al partido ante Honduras. Si por la víspera se saca el día, como decían nuestros abuelos, vamos, una vez más, por mal camino.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
