(MARTES 09 DE ENERO, 2021-EL JORNAL). Veo en un titular de prensa que Roy Myers llega al Saprissa a consolidar jóvenes y no salgo del asombro. ¿Dirigirá Myers al Saprissa o al Deportivo Patito? A veces los discursos son tan contradictorios que da tristeza ver cómo se superponen y no convencen a nadie. Ni la sombra de Juan Carlos Rojas se cree ese cuento.
El Saprissa no es un equipo para experimentos. Ni para abrir un “kindergarten”. Es un club con altas exigencias y que se precia, como bien lo dice Myers, de ser el más grande de Centroamérica.
A Walter Centeno no lo enviaron en la casa para que el entrenador que le sustituyera llegara a consolidar jóvenes figuras. Es una idea loable, pero lejos de la realidad.
Saprissa lo que necesita es definir un estilo. Rehacer su orgullo maltrecho y pelear por el título del Clausura.
Cualquier otro objetivo suena a versos que vienen desde la luna. En el fútbol de siempre no hay tiempo para que los jóvenes en camada se puedan consolidar y cuando ello pasa hay consecuencias inmediatas. Lo que sí se puede hacer es que uno o dos jugadores, gracias a su calidad, puedan ganarse un lugar, pero más allá es hablar en chino, que, por cierto, es un lenguaje que se emplea hoy muy a menudo en el ámbito del fútbol.
Así que, señores y señoras, déjemonos de literatura de folletín y recordemos que el “Maravilloso”, como le llaman a Myers, ese jugadorazo que se paseó por las canchas de Costa Rica y Uruguay, dirija al equipo hacia el único destino que conocen los morados: ser de nuevo campeones.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.