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Nos gustan las mentiras

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 09 DE OCTUBRE, 2018-EL JORNAL). Me es indiferente a quién escogieron para dirigir la selección mayor de futbol;  pues las posibilidades de estar en el Mundial de Qatar crecieron al ampliarse el número de participante en 2022.

Sí espero de todo de corazón que el uruguayo Gustavo Matosas, un buen hombre y un muchachos transparente ,  no haya servido como “salida” maquiavélica para desechar a Jorge Luis Pinto,   supuestamente por no haber jugado balompié, y  dejar luego abierta la puerta para que el  exsaprissista  Ronald González termine en Qatar..

De sí Matosas dibuja un   4-4-2 ó 4-3-3, sí por ser ofensivo recibe más de dos goles por partido y si bla bla bla…, no me importa un pepino; son simples argumentos que suponen verdades y no aguantan el más sencillos análisis; por tanto, son falsedades.

A los ticos nos encanta que nos mientan, porque parecemos los pajaritos  del famoso cuento de la “Pájara Pinta”: nos gusta abrir el piquito para que otros nos alimenten. El  nombramiento de Matosas nos desvío de responsabilidades que debía asumir la FEDEFUTBOL por el ridículo  en Rusia 2018.

Decirme que el ridículo cosechado en el Mundial pasado es producto de ocho o nueve deficiencias ( falta de fiscalización del trabajo del extécnico Ramírez, jugadores fuera de ritmo, falta de fluidez en el campeonato, jugadores lesionados, etc.), al menos, para mí, no son de recibo.  Posiblemente es una forma de tratarme de  tarado.

¿Acaso a Italia 90 o Brasil  2014 acudimos con jugadores de otro campeonato nacional?. ¿De qué galaxias  eran los árbitros que pitaban en 1990 y 2014 y daban  tanta fluidez a los partidos?. ¡Seriedad, por favor!

 Errar es de humanos. Nadie está pidiendo que se vaya  la dirigencia de la FEDEFUTBOL; solamente pido que prensa, jugadores, dirigencia, entrenadores, profesionales relacionados con el seleccionado asumamos responsabilidades. Por mí, don Rodolfo Villalobos,  caballero y hombre de bien, puede quedarse el tiempo que quiera en el puesto, pero dejemos de jugar al error y al acierto.

En Rusia 2018 fracasamos porque creo, este es el primer país del mundo, donde hay trabajadores que le dicen a los dueños de la empresa cómo quieren que sean sus patronos y cómo quieren trabajar. Y si a un “Dios” de estos se le habla golpeadito, ya verá usted periódicos y telediarios condenando a los herejes.

No llamar a fulanito, o a zutanito  al Mundial, aunque estuviera lesionado, significaba para  Ramírez disonancias graves en su grupo, vendrían posibles roces con una televisora que convierte a los técnicos en personajes a su disposición; ocasionaría diferencias con los clubes que quieren promover la venta de éste o aquel  jugador. Ramírez es callado, pero muy inteligente.

En fin: Ojalá Matosas no sea la cabeza de turco que buscaban. Por acá han pasado entrenadores españoles, brasileños, uruguayos, checos, argentinos..; etc., y usted, señor lector, me diría ¿cuál es el patrón de juego que diferencia a nuestras selecciones? ¿Por qué no han instaurado nada distinto a la maldita filosofía de jugar al error-acierto; acierto- error..? Que se expliquen, por favor, que no somos extraterrestres.

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