(JUEVES 22 DE SEPTIEMBRE, 2022-EL JORNAL). Una entrevista publicada hoy en El País deja ver toda la grandeza de Arrigo Sacchi, quien reitera en ella el valor del trabajo en equipo, la necesidad de acompañar victoria con mérito y la obligación de los entrenadores de ser creativos en vez de tirar de la chequera.
Es una verdadera “Máster class”– ahora que se recurre a estos anglicismos, incluido el míster, ambos innecesarios, pero sigo la corriente— pero no de fútbol, sino de vida.
Ante la pregunta de qué perspectivas tiene para las elecciones del 25 de septiembre en Italia, Sacchi, contesta: “Mire, el fútbol es el espejo de la historia y de la cultura de este país. Son hijos de la misma historia. Y este es un país que ha confundido los valores. Piensa que la picaresca es superior al mérito”.
Esta última frase deberían ponerla a la entrada de todos los estadios del mundo.
Cuando el periodista Daniel Verdú, que de paso demuestra con precisión extraordinaria cómo debe hacerse una entrevista, le pregunta por el fútbol italiano, Sacchi vuelve a tirar de inteligencia: “Practicamos el catenaccio: ponemos más hombres en defensa que en ataque. Intentamos ganar con la astucia, no dominando el juego. No todos, claro. Pero la mayoría. Y mire, nos hemos convertido en un pueblo mafioso lleno de corporaciones”.
Luego, como si se acordara del pressing que ejercían sus equipos en campo contrario, Sacchi pasa a la ofensiva y dice cómo podría rescatarse la decadente Italia de hoy:
“Este es un país que debe poner de nuevo la cultura en el centro. Antes venían estudiantes de todo el mundo a nuestras universidades, ahora son nuestros jóvenes quienes se marchan. La cultura es fundamental para elevar el conocimiento de las personas. Si no, hay ignorancia y presunción, y así es imposible avanzar”.
Y por si alguien tiene alguna duda de la pulcritud del pensamiento del legendario entrenador, afirmó: “Hoy solo queremos ganar, aunque sea robando, traicionando los valores”.
Y así remató míster Sacchi, lo que más que una entrevista, parecía una conferencia Tedx:
“Cuando empecé a hacer de entrenador, le dije a una de las personas que me ayudaron a dar el paso que había que comprar un líbero. Me preguntó: “¿Qué número le darías?”. Le contesté que sería el 6. Así que se fue al vestuario, y volvió con una camiseta con ese número. “Ves, ahora si eres un buen entrenador, tu líbero te lo construyes con las ideas y con el trabajo”. Así hay que crecer, también un país”.
