(LUNES 25 DE OCTUBRE, 2021-EL JORNAL). La Unafut acordó suspender el Apertura a partir del 31 de octubre con el fin de darle más espacio a la Selección Nacional, en respuesta a un clamor en el medio, de que son necesarias más horas de trabajo.
La pregunta que surge de inmediato es para qué requiere el entrenador Luis Fernando Suárez mayor tiempo: ¿para que se repita el guion de convocatorias anteriores?
Va a apostar el técnico por una Selección remozada, con mayor riesgo, escogiendo a los jugadores del campeonato nacional que mejor cumplen en sus puestos. Y ahora que hay una Comisión Técnica, será esta la que imponga a los nuevos seleccionados. ¿Para qué más tiempo?
La pregunta no es retórica, sino filosófica, porque nada se ganaría si para la nueva convocatoria prevalece el mismo esquema, las mismas prácticas viciadas de que a la Tricolor no vayan los mejores, sino los que más nombre tienen.
Son dos cosas distintas: los mejores por un lado y los nombres por otro. Tener una marca personal en el fútbol no es pecado, es una necesidad, pero el fútbol es como la vida, dinámica pura y quien en el momento justo no esté a la altura, no puede integrar el combinado nacional.
A Suárez, que al menos ya sabe que Costa Rica tiene 51.100 kilómetros cuadrados, o sea, que es un país pequeño, le ha faltado imponer su sello, porque se ha dejado llevar por las corrientes que apuntaban a lo de siempre, a lo más confortable, que era llamar a los jugadores que tienen más nombre, pero no necesariamente más fútbol.
Si se da un salto cualitativo en la convocatoria, se asumen riesgos y se afinan detalles, quizá la semana de más permita mejorar el fútbol del seleccionado, que es por donde ha de pasar la discusión.
Aquí no se trata de coraje, entrega, convicción, no esos términos eran propicios para debates en los años ochenta, hoy hablamos de lo que sucede en la cancha, del comportamiento técnico-táctico del equipo, de cómo se integran las figuras al juego colectivo y, sobre todo, de dilucidar a qué juega la Selección Nacional.
Nadie lo sabe todavía. Ayer un Real Madrid a la italiana venció a un flojo Barcelona 2 a 1 en el Camp Nou. Desde el minuto uno al 97 se evidenció que el equipo blanco apostó a un sistema defensivo claro, compacto, con un once dispuesto para las contras y con jugadores capaces de interpretar ese guion. El resultado reflejó lo ocurrido en el campo.
No obstante, pocos pueden decir a qué ha jugado la Selección Nacional en la eliminatoria hacie el Mundial de Catar 2022 dirigda por Suárez: ¿ a ser fuerte defensivamente?, ¿a tener la pelota? ¿a ser un equipo que explota a las mil maravillas las bandas? La verdad no se sabe a qué apuesta esta Selección.
Si el tiempo extra que le conceden al técnico sirviera para que decida a qué va a jugar la Selección, ya con ello se daría un paso al frente, siempre y cuando ello se plasme en la gramilla y Costa Rica muestre ante Canadá y Honduras, al menos, signos de mejoría, de lo contrario, el Titanic seguirá su rumbo.