Rafael A Ugalde Q.
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 10 DE OCTUBRE, 2016-EL JORNAL). En la vida de las personas y los países hay “supuesto” capaces de acabar con civilizaciones enteras. En el industrialismo suponían que en la medida que esta fiebre se impusiera en el orbe, la riqueza de la naciones estaría asegurada.
Aseguraron, en cambio, el exterminio de miles de hombres, mujeres y niños que amarraban a las máquinas para que no abandonaran sus tareas y así cumplir un “supuesto” de la felicidad de las naciones.
Los costarricenses también vivimos de “supuestos” modernizados. Leí en un diario nacional el “supuesto” de unos geólogos nacionales, que sostienen que, si levantan la moratoria de la exploración petrolera, acabaremos con la maldita dependencia del petróleo y nos ahorraríamos millones de dólares.
Este “supuesto” no se ha cumplido en las naciones con reservas petroleras latinoamericanas por la sencilla razón de que las compañías petroleras asignan un pequeño porcentaje del hidrocarburo extraído a la nación dueña de esa riqueza.
No es cierto, entonces, que dando en concesión nuestros mares y nuestras reservas energéticas a otros, todo el mundo acá comerá camarones frescos todos los días y tendrá petróleo y derivados de él, hasta para tirar para arriba.
El peligro de los “supuestos” no es que nos mientan en la mayoría de los casos; es que ellos terminan convirtiéndose en leyes, costumbres o, simplemente, en dogma. Entonces, el ser humano, queda reducido a tonto útil o en escoria social, por atreverse a cuestionar dichas leyes, costumbres o dogmas.
Ello obedece a que los “supuestos” no pertenecen al pensamiento científico exactamente hablando, sino que se arriman a la ciencia para hacernos creer que pertenecen a ella y no a nuestras creencias e intereses.
“Suponemos”, por ejemplo, que el llamado “nuevo periodismo” recurre a la ciencia económica para explicar los descalabros del mercado; pero sí algo está alejado de ello es, precisamente, este “supuesto” adherido ya a nuestras ideas.
Para que el “supuesto” deje de ser “supuesto” y adquiriese algo de seriedad el “nuevo periodismo” tendría que explicar por qué más de medio millón de ticos acabaron en el trabajo informal, otra cifra similar vive en tugurios, debajo de puentes o carecen de vivienda o ésta se le está cayendo.
Esta propagación de los “supuestos” económicos, religiosos y políticos en Costa Rica es peor que la epidemia del Zika. “Suponen” que sobre el negocio privado de los arreglos de importantes puentes no hay dudas, dada la diligencia que “supone” ponen los grandes empresarios en todos sus negocios.
En cambio, una institución pública, rescata con las uñas los ferrocarriles para aliviar el transporte a miles de humildes trabajadores -el ex presidente José María Figures trató de dar los trenes al mejor postor mediante “concesión”- y esto no está bien visto, pues es un funesto antecedente contra el “supuesto” de que el Estado es pésimo administrador.
El otro problema de los “supuestos” cuando no identificamos quienes están detrás de la jugada es que, con facilidad, los interesados en ellos convierten los mismos en expresión lata de egoísmo, anti solidaridad, deshumanización, sumisión de los demás, etc.
Las naciones y los hombres pierden el rumbo y todos creen que acumulando, sojuzgando, despojando de la dignidad a otros, son felices.
Periodista, abogado y notario UCR