(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 28 DE JUNIO, 2019-EL JORNAL). Si José Candelario “Tres Patines” viviera, su “Tremenda Corte” encontraría en Costa Rica un escenario natural. Es desorientador, porque esta sintomatología que afecta a todo costarricense amenaza con ser epidemia incontrolable.
Más de 270 mil costarricenses están sin trabajo, quizá sus hijos sin almorzar; pero la preocupación de la prensa comercial, del presidente, Carlos Alvarado, de los legisladores de todos los partidos políticos en la Asamblea Legislativa, durante una semana enterita, era si el magistrado Paul Rueda seguía o no, como integrante de la Sala IV.
Hubo legisladores que claramente manifestaron su desacuerdo con algunas sentencias del magistrado, aunque Rueda se encargó de aclarar hasta dónde la división de poderes en el país es realidad, y hasta dónde es ficción jurídica y praxis política.
En el periódico La Nación del 12 de junio- página 7- atribuyen a Rueda haber defendido su reelección recordando a los diputados algunos de sus trascendentales votos, como el del “Plan Fiscal” y la prohibición de las huelgas en el sector salud.
Nadie, absolutamente nadie, ha querido entrarle de frente al problema de fondo, más allá del derecho a la salud o al financiamiento del llamado Estado Social de Derecho: ¿Puede un país hablar con alguna seriedad de “independencia” y “división de poderes”, cuando los legisladores revisan las sentencias de los jueces para determinar si hicieron méritos, no jurídicos, sino partidaristas y políticos, para ganarse su reelección en la magistratura?
Ni siquiera la cabizbaja “izquierda” tica, en crisis profunda por cortoplacista, está interesada en el debate de ideas, de llamar las cosas dignas por su nombre: dignidad; las opuestas a la dignidad decir que son indignas, al oportunismo nada cuesta identificarlo como oportunismo, utilitarismo barato, etc.
Uno ve en las conferencias de prensa, por ejemplo, del entrenador del seleccionado nacional, Gustavo Matosas, y cómo algunos periodistas acomodan sus preguntas para evitar que el aficionado, fiel y digno seguidor del plantel patrio, vea cómo vamos de cabeza a vista y paciencia de la Fedefutbol, que son los que mandan. Nada pasa, siempre las mismas excusas, los mismos personajes; nada aprendieron del ridículo presenciado desde Rusia 2018
Confesos lectores de Marx, Lenin y Gramsci saben que el neoliberalismo es bastión ideológico. Y aquella muletilla de que “vamos a mejorar” es el mejor de los cuentos que nos narran cada día desde el gobierno, la Fedefutbol y otras muchas instituciones que se refugian en la mediocridad y se amparan en esa narrativa desgastada del “sí se puede”. ¿Se acuerdan del Presidente que salía a decir: sí se puede? Esperemos hagamos memoria.