(LUNES 08 DE MARZO, 2021-EL JORNAL). Como novel entrenador que es, Gilberto el Tuma Martínez, habla sin calcular mucho. Y eso es refrescante para el fútbol nacional.
Tras ganarle a Saprissa en su casa, lejos de vanagloriarse le hizo una llamada de atención a sus futbolistas y de paso dejó la perla para el resto de los actores del torneo: “No solo contra Saprissa tienen que jugar bien”. Y luego habló de intensidad, de disciplina táctica y de la necesidad de la constancia.
Lo evocado por el exdefensor del Brescia deja en evidencia muchas de las falencias de nuestro fútbol, porque eso de que los equipos pequeños se preparan para ganarle a los grandes y luego se olvidan, sucede posiblemente desde 1921.
En el aspecto mental es donde debe de trabajar el futbolista costarricense. Ahí tiene que centrarse, sin dejar de lado, desde luego, el pulir su calidad técnica.
La debilidad psicológica se evidencia semana a semana. El mismo Grecia es testigo de ello. Van y le ganan a San Carlos de visita por goleada. Y a la vuelta de la esquina pierden ante un Cartaginés alicaído y limitado.
Ahora, para cambiar esa mentalidad hay que irse a las raíces. A las ligas menores, que deben estar dirigidas por profesionales en todo el sentido de la palabra y a la par de ello que reciban un pago como tales, no dádivas como sucede en la mayoría de los casos en la actualidad.
Lo hecho en Brasil 2014 fue una muestra de aplicación táctica, de concentración, de compromiso y de miras claras en lo que se quería alcanzar. Para jugar a un nivel de exigencia es imprescindible tener los conceptos claros y los objetivos anchos y altos para alcanzar glorias. Sí, glorias, en plural y con minúscula. Esta es una traducción más del partido a partido del Diego Pablo El Cholo Simeone, que se va trazando objetivos en el corto plazo, aunque al propio entrenador argentino a veces le fallen los cálculos en los partidos grandes.
Bien lo dice El Tuma, los jugadores deben prepararse para cada encuentro y no solo para uno ante un equipo grande, como Saprissa o Alajuelense.
El desafío que lanza el exzaguero de la Selección es inmenso, pero el reto es extraordinario: si Costa Rica consigue dar pasos firmes en esa dirección, la suerte del fútbol nacional cambiará para siempre.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.