(MARTES 17 DE AGOSTO, 2021-EL JORNAL). Una vieja amenaza se ciñe sobre el Cartaginés: el remate de su estadio. No es la primera vez que planea esa sombra sobre el equipo, pero sí ha de ser la hora de las horas de la provincia, para que de una vez por todas se unan esfuerzos y se saque a la institución de tan delicado trance.
Cartago, la provincia, tiene que entender que el Cartaginés no solo es responsabilidad de don Leonardo Vargas, quien a partir de 2019 asumió esta cruzada en solitario.
Vargas necesita manos, voces, compromisos, extensiones, ideas y una ola que se vuelque a buscar una salida definitiva. Por eso, antes que pensar en un campeonato para acabar con la “maldición” de 81 años de no ganar un torneo, lo urgente, lo inmediato es sanear las finanzas y eso no lo hace nadie solo, se necesita un compromiso mayor.
Las empresas en Cartago tienen el suficiente capital, incluso en esta pandemia endemoniada que azota al mundo, como para dar un paso al frente.
Es la hora de pasar de las palabras a los hechos. Se debe diseñar para ya mismo una estrategia y que ello permita primero salvar el remate, que de concretarse abriría una sangría irreparaba en el club. Y posteriormente a ello, hay que pensar en un equipo que rescate la esencia de lo que históricamente ha sido el Cartaginés: con jugadores comprometidos que sentían esa camiseta y por la cual dejaron todo en el campo.
Un ejemplo, solo uno, de los muchos que hay: Leonel Hernández, quien vive a menos de dos kilómetros del Fello Meza, dijo a numerosas ofertas, incluso de clubes brasileños y jamás abandonó al equipo de sus amores.
Hay que recuperar ese espíritu, con jugadores y entrenadores que entiendan qué representa vestir esa camiseta originalmente blaugrana y hoy blanquiazul.
El orgullo de la provincia, otrora capital de este país, debe asumir la responsabilidad de devolverle la estabilidad al equipo, más allá de que su situación obedezca a la miopía de algunos dirigentes anteriores.
Es la hora de la hora brumosos: la próxima contienda es más importante que un campeonato, es el alma del Cartaginés la que está en juego. La cita del 8 de septiembre, día del remate del estadio, debe solventarse y a partir de ahí iniciar un movimiento que haga del Cartaginés el equipo grande que reclama la historia y su afición ¿Quién levanta la mano para ayudar de verdad?
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.