VIERNES 20 DE ENERO 2023-EL JORNAL). Al minuto 56 entre Villarreal y Real Madrid, Rodrygo Goes fue sustituito y al salir esquivó a su técnico Carlo Ancelotti para no darle el habitual saludo. El partido estaba 2 a 0 a favor de los locales, los ánimos calientes y encima el delantero brasileño pudo pensar que se le señalaba.
Segundos después de que el bueno de Rodrygo, quien se ha destacado en el Real Madrid no solo por su calidad futbolística, sino también por su extraordinaria disciplina y humildad, recibía ante las cámaras la reprimenda en público de su entrenador.
A Ancelotti se le conoce como un técnico de guante de seda, pero ayer demostró que hay momentos en que la autoridad se ejerce en el instante preciso, y prueba fue la regañada al delantero brasileño.
El fútbol de hoy se disputa en situaciones de alta tensión y los ánimos se caldean fácilmente, pero ahí es cuando el gestor debe saber cómo reaccionar y el aludido entender el contexto.
No es una tarea fácil la de un técnico, que no solo se limita a dar la alineación, sino que debe procurar el equilibrio de egos y en todos los camerinos estos están, por lo general, desbordados.
Lo que dejó claro ayer Ancelotti, es que esos pequeños incendios deben apagarse de una vez, sin dilatarlos ni un minuto. Bien harían en Saprissa en observar estos comportamientos, porque parece que lo de Christian Bolaños cada vez toma nuevos cauces.
Con razón o sin ella, la autoridad del técnico no se cuestiona, y si no hay comunión de intereses, ahí es cuando tiene que actuar de inmediato la junta directiva.
Mientras tanto, es seguro que Rodrygo habrá aprendido la lección del gran Ancelotti.