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Herediano y Cartaginés en gran deuda

(LUNES 15 DE MAYO 2023-EL JORNAL). En el fútbol es un pecado capital no competir.

Herediano fue una sombra ante Saprissa. Cartaginés no estuvo a la altura. Ambos verán la final por televisión porque carecieron de los recursos futbolísticos siquiera para darle competitividad a sus series.

Lo de los floreses es el fin de una era. Se vienen días muy oscuros para los dirigidos por Jeaustin Campos. En las tiendas brumosas, en cambio, parece haber resignación, pero la verdad es que defraudaron por completo al no competir con una planilla diseñada para ello.

Hay mucho conformismo en nuestro fútbol. Y con decir que el otro fue mejor todo parece manejarse y apaciguarse. Habría que estudiar a fondo lo ocurrido después de que un Pablo César Wanchope y su cuerpo técnico quedaron debiendo en esta fase final. Y en caso rojiamarillo  y aunque Campos no puso excusas, ya se les acabó aquel mito de que entraban de cuartos y eran capaces de pelear por el cetro. Fueron muy inferiores a Saprissa, que, caminando, ganó la serie 4 a 1. Muy poco y muy poco lo de Heredia, que quiso matizar su incompetencia deportiva con gestos del ayer improvisado entrenador Jafet Soto. Nada les valió, porque cuando no hay fútbol, no hay chocolate, ya se sabe.

Tanto Cartaginés como Herediano no deberían irse resignados a casa, porque morados y manudos les sacaron mucha ventaja. A unas semifinales se entra a competir no a ser comparsa.

Falta mucho estudio del rival en nuestro país. La herencia de entrenadores como Juan Luis Hernández o Jorge Luis Pinto, que escudriñan al adversario hasta en el más mínimo detalle no opera en la actualidad. Hoy hay mucha teoría y mucho verbo, pero con una pobre aplicación.

Tanto en Cartago como en Heredia deben entender que la deuda en estas semifinales es enorme y eso no lo tapa nadie, por más que busquen justificaciones. Es la realidad, mientras la Liga y Saprissa merecidamente disputarán el título nacional.

 

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL

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