Inicio Inicio Falta una esc...

Falta una escala

(LUNES 04 DE ABRIL, 2022-EL JORNAL). Los neurocientíficos advierten con contundencia de que uno de los órganos más ‘maleables’ es el cerebro, por algo que ellos llaman la plasticidad y que no es otra cosa que a cada día y cada hora se pueden gestar nuevas conecciones neuronales y que eso nos lleva a pasar de la luz a la oscuridad o viceversa con una pasmosa facilidad.

Y eso ha hecho que muchos, me incluyo, estos pensando en lo que representará el grupo E, conformado por España, Alemania y Japón, y que miremos por encima del hombro a la desconocida y aislada Nueva Zelanda, que solo tiene un delantero a temer como es Chris Wood.

Y con ello caemos en la trampa del cerebro maleable, que sin pretenderlo nos lleva a despreciar inconscientemente al rival del repechaje, que esta vez tiene la particularidad de ser a un asalto y una mala noche la puede tener cualquiera, por lo que antes de analizar lo que representan los campeones alemanes y los españoles, así como los hiperdisciplinados japoneses, conviene enfocarse en los neozelandeses, que querrán sellar en Catar su presencia en el Mundial más atípico de la historia, porque se jugará en un país sin tradición futbolística, después de muchos cuestionamientos y en un tipo ajeno al calendario internacional.

No tengo ninguna duda de que el cuerpo técnico lo tiene claro, pero esta columna no va dirigido a él, sino a quienes vivimos la cotidianidad del fútbol y muchas veces sobreponemos las emociones a la racionalidad.

Hay que entender, entonces, que esto empieza de cero: que en esos 90 minutos no contarán, por extraordinario que haya sido, el resultado de la segunda vuelta, sino que lo que valdrá es la concentración, un plan de juego cuidado hasta en sus mínimos detalles y la capacidad para aprovechar cada ocasión de gol.

Se parte de la premisa de que Costa Rica es más equipo que Nueva Zelanda y lo es por historia y por calidad de futbolistas, pero el desempeño en equipo de los rivales puede acortar las distancias y, de nuevo, en un instante desafortunado un partido puede marcar su rumbo.

Antes de subirnos y de meternos de lleno en el grupo E, queda superar el desafío del próximo 14 de junio, porque por más romanticismo y versos que haya entre medias, si Costa Rica no le gana a Nueva Zelanda, verá el Mundial por televisión.

Por lo tanto, no se puede olvidar, con base en ningún concepto, que antes del Mundial hay una escala y todo aterrizaje conlleva riesgos.

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL

 

Artículo anteriorLos eternos lamentos de Jafet Soto
Artículo siguienteSu Santidad le quita yerro a los estilos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí