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Falsos discursos en el fútbol

(MARTES 14 DE NOVIEMBRE-EL JORNAL). La maravilla del fútbol es que es un deporte que para entenderlo no se requiere un doctorado en física cuántica, aunque muchos nos quieren llevar por pasillos oscuros y esotéricos y salen con cada discurso que asombra y sorprende por el atrevimiento.

Ha saltado el rumor –porque es un rumor, y como tal el rumor tiene la característica de que siempre se desconoce de manera oficial la fuente de la que surgió, pero que tiene la capacidad de distorsionar la realidad y hacer mucho daño– de que esta vez Celso Borges no va a la Selección porque es muy lento para el fútbol internacional.

Dicho rumor no solo falta a la verdad, sino que además irrespeta de manera extraordinaria la trayectoria excepcional de Celso con la camiseta Tricolor.

Está de más decir, pero lo voy a decir, que Celso no necesita que este columnista ni que nadie lo defienda, pero en realidad yo no lo defiendo, lo que hago es defender el derecho a la inteligencia, a pensar, y a ser respetado por ese simple hecho de usar la razón.

Quienes salen ahora con ese cuento de que Celso es muy lento para el fútbol internacional, quienes quiera que sean, porque se desconoce quién echó el rumor a andar, son muy habilidados para comunicar, porque tiran la piedra, esconden la mano y dejan el incendio y salen corriendo.

Si no se llama a un jugador está muy bien, cualquier técnico está en su derecho de no convocar a un determinado futbolista, pero que a la par quieran afearle su trayectoria es con lo que no puede comulgar ni un instante.

Son, si se quiere, viejas tácticas. Detestables y cobardes. Y con los cobardes tengo un gravísimo problema: son deplorables en cualquier momento y circunstancia.

Por eso que ahora vengan voces anónimas a desacreditar a Celso, porque es muy lento, no solo desatiende la gran historia que tiene el futbolista con la camiseta nacional, sino que además en el fondo hacen el ridículo, porque nadie le quita lo bailado al mediocampista.

Quienes propagan esos falsos discursos, quieren vernos a la cara y no solo reírse de nosotros, sino que al mismo tiempo están gestando la idea de que para saber de fútbol hay que tener un doctorado en física cuántica.

Basta ya de tanto carnaval. En mi caso no compro ni discursos baratos ni llenos de humo. Y me gusta respetar trayectorias y Celso se ganó el derecho propio de que le respetemos, independientemente de si nunca más vuelve a la Selección Nacional.

 

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL

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