(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 08 DE FEBRERO, 2017-EL JORNAL). Juan José Castro es un vecino de Sevilla de Acosta que todos los días hace un recorrido de ocho kilómetros para ubicarse al frente de la torre del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), donde trabaja como “cuidacarros”.
Tuvo que trasladarse a este sector, porque el otro en el que estaba, cerca de la clínica del Seguro Social, realizaban una construcción y eso perjudicaba el estacionamiento de vehículos.
Hasta aquí la historia no tiene mucho de novedad, hasta que, luego de atender a un cliente, le entregó una de las más singulares tarjetas de presentación del mundo.
Está escrita a mano, en un trozo de cartón no muy finamente cortado, pero cumple con el objetivo primordial: comunicar y establecer contacto con sus clientes.
Castro cuenta que por años cuidó carros en San José, y que en otra etapa de su vida fue “polaco”, o sea vendedor de ropa a domicilio, en Cartago, pero que el fue mal “porque muchos de sus clientes no le pagaron”.
En la actualidad trabaja de ocho a cuatro y media de la tarde a doscientos metros del centro de San Ignacio de Acosta, y tiene ese horario porque minutos después sale el único bus que lo ha de llevar a Sevilla, localidad a ocho kilómetros y que pertenece al distrito de Palmichal.
«Le voy a dar una tarjeta, no está muy bonita, pero son las que tengo. Tome, guárdela, para cuando ocupe algún servicio», le dijo a un cliente que atendía en ese momento.
Su tarjeta evidencia las ganas de trabajar que tiene y hace honor aquel adagio que reza que “cuando se quiere, se puede”.
