(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 24 DE MARZO, 2017-EL JORNAL). Cuando nacieron los “desayunos” de Radio Universidad de Costa Rica recuerdo que tenían un picantito especial, a pesar del ambiente coloquial entre invitado y anfitrión.
Eran otros tiempos, lo entiendo perfectamente. Diría que la época dorada del periodismo radiofónico, televisivo y escrito ya pasó, como ya pasaron los tiempos del buen teatro en el país..
Ahora pareciera que la prioridad en la mayoría de los medios de comunicación- hay todavía pocas excepciones- son las relaciones públicas y todo aquello que me suene a “light”.
Todo aquello que agrade al político, al banquero, al inversionista, al alcalde…; y no cause la mínima contradicción discursiva tiene el calificativo de excelencia.
Pasó, en síntesis, el tiempo, en que el periodista debía definir “sí vivía del periodismo” o “vivía para el periodismo”.
Por eso me duele que el canal 15 de la Universidad de Costa Rica esté desde hace casi un mes fuera de la programación de Tele Cable y nadie diga esta boca es mía, como si los televidentes de este importante medio no merecieran una explicación.
El pasado miércoles 15 de marzo en uno de los desayunos de la radio de la UCR tuve la paciencia franciscana de escuchar al precandidato liberacionista Antonio Alvarez Disanti, con la fe de tener un discurso distinto a los que vengo oyendo desde hace 50 años. Nada. Todo igual.
Esperé que el día siguiente me presentaran a los otros precandidatos y luego tener el criterio de los socialcristianos, socialistas, neoliberales, etc. Nada. Invisiblizados al mejor estilo de La Nación y Canal 7
Caí a cuentas que medios como La Nación, el Canal 7 o el canal 6 consideran que los candidatos que no son favorecidos por las encuestas no tienen mayores opciones y el precio que pagan es ese: inexistencia.
En los tiempos que escogíamos entre “vivir del periodismo” o “vivir para el periodismo” nos decían que era una opción de por vida. Martí, Masetti, Fucik, Grahan, Reed, Falacci, Pulitzer,”Gabo”, Marta Rojas. ¡Dios mío¡: ¿dónde están las nuevas generaciones de periodistas?
Y que cualquiera que fuese la opción escogida no debíamos olvidar que el periodista es un educador nato, gracias a la búsqueda constante de la verdad, la justicia, el equilibrio y la profundidad en sus pensamientos.
Para quien dirigió ese desayuno del 15 de marzo el tema de la corrupción fue abstracto, como si en el Ministerio de Hacienda no se hubieran perdido expedientes con deudas por 50 mil millones de colones.
La Contraloría General de la República cree que cumplió con sus deberes solo porque, según informa, desde 2014 señaló a 3 funcionarios de Haciendas relacionados con el problema.
No hubo una sola pregunta al precandidato liberacionista sobre cuáles eran los mecanismos concretos para retornar a Costa Rica a la inclusión social, a reconquistar la igualdad y equidad desbaratadas en solo dos administraciones de los hermanos Arias Sánchez.
¿Cómo hacer la democracia representativa costarricense, en la que casi ya nadie cree, en un sistema más participativo y sin tantos intermediarios mentirosos? Tampoco se insinuó la pregunta.
Fue un desayuno sin el picantito de años atrás; un programa soso y acomodado a las necesidades electorales del invitado. Y así, pienso, no se defiende la autonomía de la casa de estudios que me hizo periodista.
Periodista, abogado y notario UCR