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Amor se escribe sin H

(MIÉRCOLES 25 DE NOVIEMBRE, 2020-EL JORNAL). Cuando un enfermo presenta complicaciones pero no se detecta con certeza su enfermedad, la terminología médica acude a una de sus frases de cabecera: “Es el síntoma de un mal mayor”.

La derrota de Herediano ante el Real Estelí ,1 a 0, por la Concacaf, es una evidencia inequívoca de las arenas en que se mueve hoy el fútbol costarricense.

El sábado 10  y el martes 13 de octubre de 2020, en la misma gramilla del Estadio Nacional, la Selección de Costa Rica había perdido, por primera vez, dos partidos consecutivos contra Panamá.

El fútbol nacional, como se observa, va en un retroceso paulatino y lo que en antaño era un paseo, ahora se ha convertido en pesadilla.

Herediano, que además tiene la particularidad de que el año pasado fue eliminado por el Waterhouse de Jamaica en los penales, también tiene un problema en el banquillo, toda vez que su entrenador-gerente parece superado por la doble circunstancia.

La derrota de los florenses anoche no debe verse de manera aislada, porque eso sería ver el punto negro en la nieve, sin contemplar todo el panorama como corresponde al análisis.

La caída rojiamarilla se dio en suelo costarricense ante un equipo de un país en el que juegan muy bien al beisbol. Aquí se podría resumir todo, pero conviene ahondar en que el Herediano que cayó ante los nicaragüenses ya está clasificadocon anticipación para las semifinales.

En un campeonato en el que ha sido totalmente irregular, clasificó sin mayores dificultades. Ya este dato tiene que decirnos mucho. Y debe llamar a reflexión a equipos como Guadalupe y Pérez Zeledón que ni siquiera presentaron credenciales para meterse en la fase final.

En un país de ciegos el tuerto es rey: reza el adagio y esos ecos alcanzan hoy al Herediano. Perdido en la cancha en el primer tiempo, en el segundo trató de enmedar la noche, sin embargo, tampoco tuvo la profunidad suficiente para vencer la valla del meta Rodrigo Romo.

Los ecos de esta derrota, también, alcanzan al Seleccionado dirigido por Rónald González, pues no es un dato menor el que en los fogueos de 2020, que fueron cinco, Costa Rica no conociera la victoria.

El fútbol costarricense apela mucho a una retórica gastada, llena de justificaciones, a veces con esos pseudolenguajes de lo técnico-táctico con el que quieren hacernos creer que el fútbol es solo eso. Una bella mentira para un cuento de hadas de Navidad.

Costa Rica hoy enfrenta una crisis futbolística cuyos resultados están ahí a la orden del día. No en vano tres hechos cercanos en el tiempo se produjeron en el Estadio Nacional como escenario: Dos derrotas ante  Panamá de la Selección y ahora la del Herediano frente al Real Estelí de Nicaragua.

Lo evidente de tan evidente que es no se ve. Pero cuidado, que acaba de pasar El Tren del Norte y Herediano aún no ha despertado de su pesadilla-fracaso-descalabro.

Ya lo decía Enrique Jardiel Poncela: Amor se escribe sin H.

 

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.

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