(MIÉRCOLES 28 DE ABRIL, 2021-EL JORNAL). El hecho de que no se haya establecido un protocolo para que los equipos realicen pruebas anticovid antes y después de los juegos es una manera de jugar a la ruleta rusa a la tica, porque muchos de los factores quedan a merced del azar.
En casi todas las ligas profesionales del mundo, son imprescindibles dichas pruebas en esos períodos e incluso en algunas tienen que efectuar los controles también a mitad de semana.
El hecho de que en el país esa práctica no se haya instaurado por razones económicas no justifica el proceder de Unafut y los clubes.
Lo que sucede actualmente con Alajuelense, que le aceptaron parcialmente una solicitud de suspensión, aduciendo que equis día ya no tendrá ocho jugadores con Covid-19 sino solo seis, suena a broma de mal gusto.
¿Cómo saben el grado de recuperación de esos futbolistas? ¿Acaso es una ecuación mecánica en la que A lleva a B? A veces a las organizaciones les cae pesado que se les critique, pero en este caso Unafut se comporta con una falta total de profesionalismo.
Primero ha de estar la estabilidad de los equipos junto con la salud de sus jugadores y después han de venir todas las demás consideraciones.
En este caso, el perjudicado directo es la Liga, que minimiza toda la situación porque ya resolvió su pase a las semifinales con sobrada ventaja en todos los campos, pero si fuera un equipo que se juega la vida por clasificar o por evitar un descenso, la respuesta de Unafut habría llamado a la insurrección.
El día que la dirigencia del balompié costarricense decida, de verdad, sin discursos baratos y de pacotilla, ponerse seria y trabajar con ahínco por nuestro balompié, ese día habremos dado un paso adelante para al menos asomarnos a las grandes ligas del fútbol internacional.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.
