Por José Eduardo Mora*
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 08 DE JULIO, 2016-EL JORNAL). Los relatos, que muchas veces se confunden con los cuentos, deben escribirse de un solo golpe: sería imposible comenzar un relato, dejarlo a la mitad y retomarlo después. Nunca funcionaría.
Contrario a la novela, el relato es una narración que lleva un ritmo sostenido, que no puede detenerse mucho en digresiones, y para que tenga validez ha de llevar en sus entrañas la sangre que fluye detrás de él y que le da vida.
El dinosaurio, por ejemplo, de Augusto Tito Monterroso, posiblemente fue pensado por el autor guatemalteco durante mucho tiempo. Quizá años enteros, pero una vez que lo tenía claro se sentó y de un solo tirón, escribió: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
No es Guerra y Paz, ni Crimen y Castigo, ni Cien años de Soledad, pero su complejidad narrativa es innegable y se requiere de mucho talento y gran capacidad para haber inventado, muchos años antes de que la tecnología lo permitiera, a Twitter. Twitter nació con el dinosaurio de Tito Monterroso.
Este es uno de los aspectos que trataremos en Las diez claves del relato, nuestro próximo taller el 22 de julio próximo. Interesados comuniarse al WhatsApp 8307-8184.
*José Eduardo Mora es Máster en Literatura e imparte talleres literarios con diferentes enfoques como Las diez claves del relato y también Contando Historias. Es autor de La Gran Hazaña, Ganar con el Corazón y de la novela inédita Las Maravillas de Abril.
