(DOMINGO 18 DE OCTUBRE, 2020-EL JORNAL). En Islandia cada 23 de diciembre se cumple con precisión milimétrica una tradición en la que un plato con olor a pescado podrido hace las delicias de los pobladores de este singular país.
El plato con pescado fermentado, para lo cual pasa por un proceso de preparación especial, se sirve con patatas, nabo hervidos, manteca de cordero y pan dulce de centeno.
Con este plato con olor a pescado podrido empieza desde hace siglos la celebración de la Navidad en Islandia, aunque la tradición no seduce a los más jóvenes, apartados de esta práctica.
Países como Suecia y Noruega también cuentan con tradiciones similares, las que ponen a prueba el sentido del olfato de sus pobladores.