(MIÉRCOLES 18 DE NOVIEMBRE, 2020-EL JORNAL). La magia en el fútbol se da en el campo si hay preparación. Mucha preparación física y psicológica. Y si detrás de esa preparación se vislumbra un horizonte ancho e infinito al cual llegar.
Si los objetivos son pobres. Los resultados serán consecuente con esa visión. La Selección de Costa Rica vive hoy momentos difíciles. No le gana a nadie. Su fútbol no convence a nadie, excepto a un grupo de optimistas a prueba de fuego.
Contra Panamá se probó un equipo con preponderancia de futbolistas que juegan en el país. Ante Catar y País Vasco se ofreció poco. Hubo destellos, pero el fútbol moderno es de constancia.
Costa Rica, al día de hoy, no está en condiciones de ganarle prácticamente a nadie. Entre los ya sembrados para la hexagonal se encuentran México, Estados Unidos, Jamaica y Honduras. Están por decidirse tres cupos, a los que aspiran Canadá, El Salvador, Guatemala, Panamá, Haití y Trinidad y Tobago.
¿A cuál de las selecciones ya clafisicadas para la octogonal y de las aspirantes supera la Selección de Costa Rica hoy en fútbol y calidad?
La respuesta es una moneda en el aire. Lo más preocupante es que falta claridad y criticidad hacia lo interno del seleccionado costarricense.
¿Realmente se mejoró ante la Selección Vasca y frente a Catar? O fueron ráfagas que se apagan con las primeras brisas de diciembre.
La única manera de mejorar es desafiarme con alto estándares y no parece ser el discurso de la Federación Costarricense de Fútbol ni del entrenador Rónald González respecto a la Selección.
Si Costa Rica no hace un balance serio, profundo y responsable de su situación actual, para las eliminatorias le podría esperar un trago muy amargo. Tan amargo como el que tuvo que tomarse en 1998 y en 2010, oportunidades en que, a diferencia de ahora, teniendo equipazos se quedó fuera.
El calendario marca que de aquí a septiembre 2021, cuando comiencen las eliminatorias, hay tiempo cronológico suficiente; no obstante, si se mide en cuanto a fogueos, la distancia es corta.
O Costa Rica despierta o se topará con un camino lleno fuego y espinas, y con un horizonte más que nublado.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.