(MIÉRCOLES 29 DE JUNIO, 2022-EL JORNAL). Una vez más, Costa Rica queda en la orilla en su aspiración por retomar la presencia constante en los mundiales menores y en una olimpiada.
La eliminación de ayer evidencia lo mal que se trabaja en las ligas menores en la Federación de Fútbol y no hay Mundial mayor que tape este descalalabro.
No tiene dónde escudarse Rodolfo Villalobos, la gran responsabilidad es suya, porque tanto ahora, como en el camino a los Juegos Olímpicos de Tokio, escogieron mal al entrenador y las consecuencias están a la vista.
Tras una debacle como es quedar fuera de un Mundial Sub 20, a los que se asistía en años pretéritos con asiduidad, y una Olimpiada, me asombra escuchar y leer las declaraciones del entrenador Vladimir Quesada.
A partir de la negación, sé que no aceptan la derrota y si no aceptan la realidad, es imposible mejorarla y modificarla.
“Considero que la participación fue buena, no súper notable, pero tampoco fue malísima. Sin lugar a dudas nos tocó el grupo más fuerte, porque enfrentamos a tres rivales calificados en una primera fase y en octavos probablemente al mejor equipo del torneo».
No es posible dar crédito a una declaración como la anterior, pero el mayor responsable no es Quesada, sino el Presidente de la Federación, el señor Villalobos, quien no tendrá excusas para desmentir lo mal que se atienden las ligas menores, no de ahora, sino de hace muchos años. Solo es recordar el paso de Marcelo el Popeye Herrera.
“Cuando no ganamos, normalmente lo calificamos de fracaso y probablemente así sea, pero dentro de ese camino hemos logrado muchas cosas ;ese aprendizaje lo sacaremos a relucir en algún momento,hoy no se acaba el fútbol para ellos ni para nosotros, tenemos que levantar la cabeza”.
Como diría Beto Cañas: “por eso, estamos como estamos”. Y estos fracasos le cierran el paso a otros técnicos nacionales, que quizá no reciben una oportunidad porque no hacen buen marketing y no son del agrado de los supergerentes y los superdirectores.
Mientras en el fútbol nacional no haya madurez para la crítica sana, seguiremos viviendo de los discursos pegados con alfileres y seguiremos a la saga de lo que es el fútbol menor, que podría ser el mayor potencial del país.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL