(MARTES 06 DE SEPTIEMBRE, 2022-EL JORNAL). La organización del fútbol costarricense requiere un giro de 180 grados, sino quiere ver pasar el desfile de los vencedores desde la orilla de los derrotados.
Hace unos días, Saprissa y la Liga mostraron su interés y necesidad de jugar el clásico en el Estadio Nacional y debido a un grosero error de planificación descubrieron que ese mismo día del partido, el 11 de septiembre, había concierto de salsa y otras yerbas, con un tal Marc Anthony.
Acudieron entonces a Puntarenas para hacer un trueque de fechas, a lo que el equipo porteño se negó en todo su derecho. Eso sucede, sin embargo, por tener todavía una administración quintomundista, como diría Tano Pandolfo.
Don Garber es el comisionado de la MLS desde 1999 y tiene la potestad de tomar decisiones trascendentes cuando en bien de la liga se requieran.
Así, cuando en febrero de este año Neymar Jr. dijo que le gustaría terminar su carrera en la MLS, Garber le salió al paso de manera cortante y le dijo que ni lo soñara, que era imposible, que ahí no querían jugadores acabados.
“No necesitamos traer a un gran jugador al final de su carrera porque ha decidido que quiere retirarse antes de la MLS”, le dijo.
Un asunto como el de adelantar una fecha completa habría sido una decisión que bien pudo tomar un comisionado del fútbol nacional y evitar así que Alajuelense y Saprissa perdieran millones que van a necesitar.
La figura de Victoria Ross anda a un millón de leguas de lo que es hoy, por ejemplo, Garber en la MLS. Si aquí somos tan diestros para imitar, por qué no imitamos lo bueno.
Y mientras sigamos dejando en manos de los equipos decisiones que debe tomar la liga como tal, seguiremos siendo quintamundistas y seguiremos engañándonos mientras el fútbol del futuro pasa de largo.
Urge un comisionado con poder en el fútbol costarricense antes de que sea demasiado tarde.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL
