(MARTES 15 DE FEBRERO, 2022-EL JORNAL). Cartaginés ha vuelto a sus andadas. Hoy hace un gran juego ante Alajuelense –pese a la derrota—y una jornada después va a Grecia y cae sin oponer ninguna resistencia.
En una semana en la que se pudo convertir en el súper líder perdió seis puntos y hoy está en el cuarto lugar, pero con un partido más que San Carlos, que tiene ocho.
Geiner Segura tiene un buen equipo, con jugadores como Kevin Briceño, Michael Barrantes, Allen Guevara, William Quirós, Rónald Mauricio Montero, Dylan Flores, Luis Ronaldo Araya, Paolo Jiménez y Marcel Hernández y ya demostró frente a la Liga que es capaz de elaborar un fútbol que lo lleve a la segunda fase del torneo y posteriormente a disputar el campeonato.
¿Qué falta entonces? Falta ambición. Contra los manudos se comprobó: después de ir 2 a 0 en el primer tiempo y de haber arrollado a los rojinegros con un fútbol exquisito, moderno, con ritmo, y con gol, el equipo dio un paso atrás y defendió la ventaja de mala manera.
Mucho, entonces, de lo que sucedió ese día es responsabilidad del técnico. Geiner Segura tiene que ser más ambicioso y transmitir esa mentalidad a sus jugadores. Mientras Cartaginés siga jugando a ser cauto, a sentirse como un equipo de segunda línea, lo será y los años seguirán pasando, a tal punto que hoy son ya 82 años de espera.
Contra Grecia se volvió a ver a un Cartaginés plano, previsible, casi del montón y los blanquiazules están, desde luego, para mucho más.
Ya es hora de que Leonardo Vargas le exija grandes resultados al entrenador, quien ha de saber que tiene la oportunidad de su vida de inmortalizarse si saca al equipo campeón.
Para ello, se requiere apuntar alto, soñar con una épica distinta, que tenga claro que es posible ganar el torneo y acabar con una maldición de casi un siglo, que tiene como signo inequívoco el conformarse con poco, con las migajas que los otros equipos van dejando en el camino.