(MIÉRCOLES DE ENERO, 2021-EL JORNAL). Hoy ‘Ser Catalunya’ ha anunciado que el Barcelona esgrimirá ante los tribunales de justicia que Quique Setién, al que no le ha pagado el finiquito de su contrato, no tenía “ni capacidad” ni “actitud” para dirigir al club.
Una institución que ha sido modelo en muchos ámbitos hoy anda a rastras. Y busca dirimir una situación deportiva en un tribunal.
Es una vergüenza. La grandeza se demuestra en el día a día. Setién, que estaba en su natal Cantabria cuidando vacas, fue al Barcelona porque el presidente de entonces, Josep María Bartomeu, le llamó.
Sorprende que un club que hoy tiene en sus filas al mejor jugador del mundo, que contabiliza cinco Champions, y que quiere disputarle jerarquía al Real Madrid caiga en esos bajos fondos.
Setién lo que reclama es el pago íntegro de su contrato. No pide nada más. El Barça le quiere someter a humillación y a terminar de denigrarlo tras el 8 a 2 ante el Bayern Múnich en la anterior Champions.
En un equipo que hoy no tiene presidente porque tuvo que dimitir por su desastrosa gestión deportiva y administrativa, no es extraño que Lionel Messi se quiera marchar.
Hasta hace poco menos de dos años, el club azulgrana era ejemplo de grandeza, con su historial, su magnífico estadio, su extraordinario museo y un ADN catalán que le daba clase y jerarquía a todo lo que hacía. Esa realidad ha cambiado hoy drásticamente.
El Barcelona es una muestra de que nada es estático. Que hoy se puede estar en la cima y mañana en la penumbra absoluta.
Hace bien Setién al exigir dignidad, respeto y seriedad. Hasta ayer, era la bandera que también ondeaba en el Camp Nou.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.