(JUEVES 10 DE JUNIO, 2021-EL JORNAL). Todos los miembros del Comité Ejecutivo de la Federación Costarricense de Fútbol deben renuniciar de inmediato. El descalabro ayer de la Selección Nacional ante Estados Unidos es de su entera responsabilidad.
No basta con salir en un video, como lo hizo Rodolfo Villalobos, presidente federativo, a anunciar la destitución del técnico Rónald González.
Hace mucho rato que en la Federación se vienen equivocando y nadie carga con esos yerros. González y sus muchachos tienen su cuota en el desastre, pero la batuta la llevan los dirigentes y ahora no pueden salir a lavarse las manos como hiciera Poncio Pilatos hace 2000 años.
Villalobos, Juan Carlos Rojas, Sergio Hidalgo y el resto de federativos deben de irse hoy mismo. Si le tienen amor a la camiseta de la Selección Nacional deben dar paso a una nueva dirigencia, porque ya ellos demostraron que les quedó grande el puesto.
Incluso, todos los dirigentes, tras los hechos de corrupción que se dieron en la Federación Costarricense de Fútbol y que culminaron con la detención de Eduardo Li, el presidente de entonces, debieron irse, estuvieran o no involucrados en los hechos perseguidos por las autoridades estadounidenses.
Quienes pusieron a Rónald González como técnico son los mismos que pretenden nombrar al próximo entrenador. Son los mismos que trajeron a Gustavo Matososas para que un año después el técnico reconociera que se aburría mucho.
Los que están hoy en la Federación, son los que eligieron a Douglas Sequeira como técnico de la Preolímpica y son los mismos que lo sentaron como uno de los asistentes de González.
Nadie que se equivoque tanto sobreviviría un día en esas circunstancias en la empresa privada e incluso ni en la pública, pero en la Federación se acumulan los errores, sin que los responsables tengan que hacer frente a ellos.
Y si queremos hurgar aún más, hay que preguntar cómo fue que mantuvieron a Marcelo El Popeye Herrera tanto tiempo en la dirección de ligas menores, sin que se dieran resultados positivos, y, vaya sorpresa, son los mismos que hoy siguen al frente del fútbol nacional.
Si aman la camiseta de la Tricolor, como han dicho, tienen que ser patriotas y honrados e irse. Ojalá que cuando esta columna se publique hoy, jueves 10 de junio, ya sea extemporánea, como diría mi abuelo, y los dirigentes se hayan anticipado a esta publicación y atiendan el clamor de la afición nacional, que sabe dónde está verdaderamente el agujero negro de nuestro fútbol.
Ante una dirigencia tan corta de miras, los seleccionados y el entrenador terminan por ser víctimas de la incapacidad que se fragua en los despachos federativos.
Señores, no dudo de que todos y cada uno de ustedes, como diría Jorge Luis Borges, son personas honradas y de bien, razón por las que les pido, por favor, por favor, por favor, renuncien y denle una oportunidad al fútbol.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.