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Con el santo de espaldas

(MIÉRCOLES 09 DE JUNIO, 2021-EL JORNAL).El fútbol costarricese va de tumbo en tumbo. Un mal son, desde luego, que no tiene armonías ni encantos. Todo lo contrario, parece que la música de nuestro fútbol es desafinada y llena de ecos baldíos.

La apelación de Limón para que se declare nula la temporada 20-21 ya está presentada ante Unafut y si se escudriñan los principales puntos, los caribeños llevan bastante de razón en lo argumentado.

Se jugó de dos maneras en relación con el descenso. Al final del Apertura, los últimos de cada grupo disputaron una liguilla para saber cuál era oficialmente el último. Esta situación no sucedió en el Clausura y Limón debió de ir directamente a tratar de evitar el descenso. Solo este aspecto daría para mucho análisis, por las contradicciones que encierra. Me pregunto: ¿qué diría la FIFA si le llega este planteamiento a su mesa principal?

De igual manera, Limón denuncia que las modificaciones al Clausura no fueron inscritas en el Registro Público, como debió de hacerse.

Se nota, por ende, que nuestro querido fútbol, el que tantas alegrías nos depara, se sigue manejando de forma artesanal.

Es como si hoy los agricultores, para entendernos, decidieran solo trabajar en el campo con sacho, pico y pala, en vez de tractores y otras maquinarias que agilizarían su labor.

El dirigente nuestro no solo conserva mucho del comportamiento del aficionado, sino que es incapaz de ser ancho de miras y de planificar bien el presente, al tiempo que otea el horizonte en busca de nuevas y mejores oportunidades para el balompié.

La apelación de Limón no es un asunto menor, porque para empezar los demandantes piden como medida cautelar que no comience el próximo torneo hasta tanto no se aclaren los nublados del día.

Es una lástima que Unafut y la Federación Costarricense de Fútbol no aprovechen el diamente en bruto que es el fútbol y no lo lleven al más alto nivel en cuanto a organización y proyección.

Pienso en qué inversionista querría hoy involucrarse con el fútbol costarricense si la parte administrativa-dirigencial es todavía “amateur” , mientras su Selección mayor, para no citar a las menores, hoy se parece más a un barco a la deriva que a un buque en busca de un puerto seguro y prometedor.

Triste y desolador el panorama de nuestro fútbol, a pesar de que quienes lo dirigen nos quieren hacer creer que ellos son los mejores y que esto es el paraíso.

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.

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