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Suárez en su laberinto

DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE 2022-EL JORNAL). Luis Fernando Suárez, entrenador de la Selección de Costa Rica, pasará a la historia por haber introducido la paradoja en el fútbol.

Lo cual deja en evidencia muchos elementos en relación con el 7 a 0 ante España. La primera conclusión es que el señor Suárez planificó muy mal el juego anterior, en el que, como ha dicho la prensa internacional y lo vio medio planeta, fue un entrenamiento para La Roja en pleno Mundial.

En segundo término, la debacle frente a los españoles no se debió a la falta de actitud, de esfuerzo o de ganas, como también se dijo a los cuatro vientos. No, el tema no pasa por ese filtro, sino por la falta de rigor táctico y estratégico que emanó desde el banquillo y que hizo que en el primer encuentro Costa Rica fuera un barco a la deriva en la gramilla del estadio Al Thumama.

Contra Japón, hoy, como no podía ser de otra manera, se corrigieron muchos aspectos y eso le permitió a la Tricolor mantener al menos un orden defensivo y cierta capacidad para recuperar la pelota, lo que no sucedió ni por un instante en el debut.

Se deduce, entonces, que la gran responsabilidad del ridículo en el primer juego, tiene un solo nombre: Luis Fernando Suárez.

Todo equipo serio, y todos deben serlo en el Mundial en su justa medida, tiene que salir con un plan de vuelo y Costa Rica, por asombroso que todavía parezca, no sabía a qué jugaba contra los españoles, situación que hoy se corrigió.

Quedó evidenciado en la cancha: con prácticamente los mismos hombres, pero con un espíritu táctico distinto, cada cual claro en su función, el equipo costarricense mejoró a tal punto que en medio del desierto alcanzó la victoria.

La paradoja de Suárez es que al mejorar la Selección hoy, de paso evidenció que su inoperancia y su displicencia en el primer partido llevarán por siempre y para siempre su sello indeleble. Y ello debe de tener consencuencias en la vida real. No basta con pasar página como si nada hubiera ocurrido.

Y aunque el triunfo es balsámico, en el contexto del Mundial, Costa Rica se parece más al Titanic que a un resucitado. Y Suárez, en estado puro, vaga y divaga en su laberinto.

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL

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