(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 13 DE JULIO, 2019-EL JORNAL). No podemos seguir ahogando esperanzas, truncando ilusiones, ignorando los derechos humanos, aplastando aspiraciones armónicas, haciendo de la existencia una selva de privilegios para unos pocos, cuestión que alimenta la desesperación y conduce al extremismo.
Tanto la violencia como el abuso de poder nos están triturando el corazón humano. Ya está bien de fragmentarnos, de injertarnos terror en vena, de activar los pensamientos perversos en nuestras propias familias.
¡Cuántas vidas destruidas! Los poderosos de la tierra, deberían hacer enmienda a sus deseos, y en todo caso, impulsar otras poéticas más humanas, empezando por un crecimiento económico que incluya a todos los sectores de la sociedad y sea sostenible. Se nos olvida que para combatir todas estas desilusiones necesitamos otra conciencia y otras actitudes menos egoístas, al menos para poder rediseñar otro sistema financiero mundial más equitativo. Nadie puede estar por debajo de nadie en ningún indicador de desarrollo sostenible.
Para desgracia de la humanidad no estamos ofreciendo ejemplaridad desde las instituciones, tampoco un crecimiento inclusivo. En consecuencia, la ciudadanía permanece desorientada, confundida y desencantada.
*Escritor español.
SE VENDEN LOTES EN EL ALTO DE LOS MORAS LISTOS PARA CONSTRUIR