Daniela Castro
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(SAN JOSÉ, 04 DE ABRIL DE 2014-EL JORNAL). Los vecinos de María Auxiliadora de Aserrí muestran su molestia, debido a que en dicha comunidad se realiza la construcción de cunetas y alcantarillado, pero el exceso de polvo ha generado que varias personas hayan resultado afectadas con problemas respiratorios.
Los vecinos por un lado están agradecidos con el municipio, dado que en época de invierno las aguas inundan las casas y con los arreglos ello se evitaría; no obstante, los contratiempos surgidos han hecho que se quejen por los efectos secundarios de la construcción.
Se trató de conocer la opinión del alcalde Víctor Morales, sin embargo, a pesar de las múltiples llamadas que se le hicieron, no fue posible obtener una respuesta.
Dicha situación ha afectado la salud de algunos vecinos, como el caso de Jessenia Arias Valladares, quien afirma que a su hija de tan solo un año y medio le diagnosticaron bronquitis, debido a las condiciones en las que se encuentra la zona.
“Hace pocos días la municipalidad pasó una ley por la escasez de agua, en la cual se prohíbe su uso para regar, lo que nos impide aplacar un poco el polvo, pero sinceramente es necesario utilizarla”, comentó Arias.
Los vecinos de esta comunidad, aparte de convivir con el polvo, se topan con escombros, montañas de tierra acumuladas en varios sectores y piedras del tamaño de una persona, factores que pueden provocar accidentes o más enfermedades.
Hester Marín es otra vecina perjudicada por esta situación: “me estoy muriendo de la alergia por el polvo”, dijo.
Por otro lado, para la correcta construcción de este alcantarillado fue necesario deformar las aceras que ya existían, y por lo tanto, la municipalidad decidió que los dueños de las casas deben ser los encargados de dicha reconstrucción, lo que ha provocado una mayor molestia en las familias.
“Lo peor en mi caso, y en la de muchos otros vecinos, es que nosotros alquilamos estas casas, es decir, el dueño debe pagar la construcción de todas estas casas, aseguró Marín.
Marco Retana, dueño de la panadería San Antonio, ha sido el primero en la reparación de la acera, dado que sus ventas se han visto afectadas de forma notoria.
“Hay que estar en constante limpieza, porque eso influye mucho en la estética de mi negocio, afirmó Maureen Viales, vendedora de la pulpería Doña Leo.
En el caso de que los vecinos no tengan la solvencia para pagar la reconstrucción de las aceras, el municipio asume la inversión, y luego le tramitara el respectivo cobro a cada uno de los propietarios.