(JUEVES 15 DE DICIEMBRE 2022-EL JORNAL). Aunque la Federación Costarricense de Fútbol anunció con bombos y platillos que rompió la relación con Eurodata, organizadora del fallido partido con Irak, ya es demasiado tarde para que todo quede en una disculpa, y el Irakgate debe aclararse en todas sus dimensiones.
Al ser Mauricio Pachón, representante del técnico Luis Fernando Suárez, y a la vez miembro de Eurodata, había, desde el comienzo, un evidente conflicto de intereses que Rodolfo Villalbos y la Federación pasaron por alto.
De modo que salir hoy a decir que todo está bien, que se acabó el conflicto de intereses y a la casa a festejar la Navidad, es un proceder que no se corresponde con la transparencia que debe primar en la Fedefutbol.
Si de antemano se sabía que existía ese conflicto de intereses, ¿por qué se siguió adelante con el partido y el campamento patrocinado por Irak?
¿Por qué se habla de una comisión del 45 por ciento, que, según informaba ayer un diario nacional, está por encima de lo que establece la propia FIFA?
También conviene poner en perspectiva si ¿la relación entre Luis Fernando Suárez y Rodolfo Villalobos, presidente de la Federación, trasciende el vínculo entre patrono y trabajador?
A la afición siempre se le pide presencia y apoyo, y la verdad recibe poco por parte del ente federativo, por lo que ahora, al menos, merece que haya absoluta claridad en el Irakgate.
A los cabos sueltos citados, también queda la inquietud de por qué, a diferencia de la mayoría de las federaciones en el mundo, aquí se corrió a fichar a Suárez por cuatro años más, sin importar lo que pasara en Qatar 2022, y ya sabemos lo sucedido.
Ni siquiera Francia, la Francia que este domingo puede ser campeona del mundo por segunda vez consecutiva con el técnico Didier Deschamps a la cabeza, lo ratificó antes del Mundial.
¿Será que Francia apela a la improvisación y nuestra Federación es ejemplo de rigor y visión administrativa?
En medio del Irakgate, le corresponde al fiscal Carlos Ricardo Benavides poner todas las cartas sobre la mesa para que se aclaren los nublados del día.
Un fútbol solo crece en la medida en que en su ámbito administrativo, deportivo y ético hay claridad, transparencia y compromiso. Y el Irakgate debe aclararse.