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Mincho Mayorga

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 16 DE OCTUBRE, 2020-EL JORNAL). La sola evocación de su apodo en sustitución de su nombre, ya nos da una pista del calibre del hombre ante el cual estamos. Es de esa extirpe en vías de extinción. Por sus venas corre sangre indígena, su pueblo fue de los más luchadores ante la embestida del invasor español, y esa herencia Benjamín Mincho Mayorga la honra con valentía y compromiso.

Un sector conservador de la prensa nacional, lo ha señalado porque Micho aparece en unas imágenes lanzando una piedra cerca de Casa Presidencial y con ello pretendían crucificarlo, aunque esa prensa mediocre, apele, si se le consulta, a la objetividad absoluta.

Es esa pobre prensa que tiene el país, con periodistas a veces incapaces de escribir un párrafo con corrección, es hoy una muestra inequívoca de la decadencia que sufre la nación. Si quisieran pruebas podría escribir un amplio ensayo al respecto, y 300 páginas no me alcanzarían para demostrar lo afirmado.

Decía, entonces, que dicha prensa ha querido presentar a Mincho como un revoltoso, un irresponsable y casi como un paria, por haber salido a manifestarse por lo que ocurre en una Costa Rica que cada día evoca más al Titanic.

No solo distorsionan la imagen de quién es verdaderamente Mincho Mayorga, sino que olvidan su pasado como futbolista: garra, entrega, calidad, compromiso y éxito. Venir de Talamanca y ganarse un lugar en el equipo más grande de Costa Rica no lo hace cualquier advenedizo, se requieren muchas horas de trabajo y condiciones humanas y técnicas para vestir esa camiseta del Saprissa con el honor y la grandeza con que lo hizo el Indio Mayorga, como le llamaban los aficionados por cariño. También vistió la de la Selección Nacional.

En su visita a Costa Rica, en junio de 2005, en la Universidad Nacional, en Heredia, el Premio Nobel de Literatura José Saramago, dijo estas palabras, que bien resumen lo que pasa en muchos países: “Vivimos en un mundo en el que todos somos neutrales. Nadie se compromete con nada; por eso predomina el temor, la resignación y el individualismo”.

Mincho Mayorga se rebela contra ese confort que denuncia Saramago. Lo hace con una lucha honrada. Ojalá muchos futbolistas y exfutbolistas tuvieran su valentía, porque al país no solo se le defiende con la camiseta de la Tricolor en la cancha.

 

*Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.

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