(SAN JOSÉ, 06 DE NOVIEMBRE, 2018-EL JORNAL). Aunque de manera oficial el entrenador uruguayo Gustavo Matosas asumirá la dirección técnica de la Selección Nacional a partir de enero de 2019, ya empezó a ver jugadores, dar entrevistas y, posiblemente, influya de manera decisiva en los futbolistas que serán convocados para los partidos ante Perú y Chile.
Por lo tanto, no se entiende que la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefutbol) no le haya pedido que se siente en el banquillo para los citados encuentros.
Pareciera, entonces, que las ambigüedades lejos de ser incómodas para la Federación, son bienvenidas en el seno de dicho ente.
Si hay un técnico interino como Rónald González al que no le ha ido bien, si el aficionado ya quiere un cambio, tras un año 2018 muy oscuro para la Selección, incluido el Mundial de Rusia, es inconcebible que la Federación siga jugando al gato y al ratón.
Por esa falta de claridad en este y otros asuntos –qué pasó realmente en la era de Eduardo Li, el manejo de las selecciones menores, así como la real situación de las selecciones femeninas—es que la Federación al mando de Rodolfo Villalobos se muestra desgastada ante los ojos del seguidor de la Selección.
En un fútbol como el nuestro, en el que todavía hay demasiados detalles que lo acercan al balompié aficionado, la ausencia de decisiones claras lo que hace es entorpecer los caminos, por lo que en el caso de Matosas lo inteligente indicaba que lo procedente es que desde octubre asumiera las riendas de la Tricolor.
