(VIERNES 22 DE ABRIL, 2022-EL JORNAL). Xavi Hernández, que se cree el Copérnico del Fútbol, dijo hace unos días que la diferencia entre el Barcelona y el Real Madrid es que en Barcelona la exigencia es jugar siempre bien, más allá del resultado.
Con ello se inscribía en la corriente guardiolista, no voy a meter aquí a Menotti, porque Menotti es más inteligente y mejor que Guardiola y Xavi juntos, que anda diciendo por el mundo que hay un fútbol moderno y otro de la prehistoria, como se lo recordó el hoy técnico del Manchester City a Diego Pablo el Cholo Simeone. (Ya veremos qué dijo el Cholo).
Resulta que ayer, frente a la Real Sociedad, el Barça, tras lograr el gol en el minuto 11, tuvo un compartimiento de equipo pequeño. Se dedicó a cuidar ese gol durante el resto del encuentro. La Real Sociedad de Inmanol Alguacil fue mejor en todos los apartados, excepto en el más importante, que es anotar, y por eso perdió el juego.
Ramón Besa, un periodista amante de los colores azulgrana, tituló en El País: “El Barcelona juega mal y gana”. El titular no lo escogió la prensa de Madrid, por aquello de las sospechas.
“El Barça dejó de jugar al fútbol en la Liga y ha pasado a defender el marcador como si disputara una eliminatoria de Copa. No deja de mirar la clasificación, espantado por sus dos últimas derrotas, temeroso por quedar fuera de la Champions. El fin justifica ahora los medios después de presumir de estilo y ADN”, así comenzaba la crónica de Besa.
Y agregaba, por si existía alguna duda del cambio de timón que dio Xavi en tan solo unos días: “La meta es sobrevivir en estadios exigentes como el de Anoeta cuando se pelea por alcanzar el pase al torneo por excelencia de Europa”.
Lo mismo había hecho Guardiola en el Metropolitano ante el Atlético, donde terminó perdiendo tiempo, pidiendo la hora, metido atrás, como un equipo chico, pese a los millones que respaldan a la planilla.
En la rueda de prensa tras ese 0 a 0, el Cholo dijo: “Muchas veces aquellos que tienen un gran léxico son muy inteligentes y logran alabarte en el desprecio, pero bueno, no somos tan tontos los que quizá tenemos un poco menos de léxico”.
El Cholo le tenía guardado este regalito al gran Guardiola, que no se esperaba esa salida de Simeone, quien días antes había jurado ante el altar de la vida que jamás criticaría a un colega, pero le habían herido con un toque de esgrima ágil y no pudo guardarse en el encono.
Lo cierto del caso es que esta Guerra Fría del Fútbol le pone un gran condimiento a este maravilloso deporte y de paso deja una gran lección: esos que hablan de que primero importa la forma –léase jugar bien—antes que el resultado, tienen una venta de humor universal, son los Waltmart del fútbol, con sucursales en medio mundo, y serían capaces de conformar el tercer o cuarto país más grande del planeta si pudieran juntar sus geografías.
Ahh, lo único lamentable en todo esto es que no solo los apóstoles del jogo bonito venden humo, no, están por todas partes, son como una invasión alienígena anunciada por J.J. Benítez.
