(LUNES 08 DE AGOSTO, 2022-EL JORNAL). Me encanta cuando los jugadores hacen valer su voz. Uno de ellos es Christian Bolaños, quien con su análisis de que nuestra Selección era manejada como una pulpería, con el respeto que se merecen las pulperías, dio en el clavo y generó un debate necesario hace un año.
En la actualidad, no obstante, se equivoca al cuestionar la suplencia a la que lo ha relegado el técnico Jeaustin Campos. Con el profesionalismo que lo asiste, si quiere ser realmente grande como futbolista, Bolaños debe respetar la decisión del entrenador y acatar sus disposiciones, sin tener que esta enviando “recaditos” por las redes sociales.
Nadie duda de su calidad, pero si el técnico considera que debe ir a la banca, tendrá sus razones, aunque por otro lado el equipo, como decían los comentaristas hace ya muchos años, no carbura.
La grandeza se demuestra en tiempos difíciles, porque en los fáciles sobran los aplausos y las palmatidas, por lo tanto, le corresponde al jugador saprissista volver a ganarse un puesto a base de esfuerzo y calidad, dos elementos que lo llevaron a la cima del fútbol nacional y le hicieron un lugar destacado en la historia de nuestro balompié.
Ahora, sin embargo, Bolaños debe entender que el fútbol es un deporte colectivo, y que no solo desde la cancha, como él cree, puede aportar. Como líder de gran experiencia, desde la fría suplencia también puede darle lo mejor a su club.
Así se comportan los jugadores excepcionales como él, y no eviando recaditos de pulpería por medio de las redes sociales: eso ni se ve bien, ni es apropiado para una figura de su talla.
Es hora de que Bolaños dé el ejemplo y muestre todo su profesionalismo, aunque tenga que entrar en el minuto 87.
