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Los ídolos y el Manchester City

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, MARTES 18 DE AGOSTO, 2020-EL JORNAL). En el fútbol, el efecto espejo es muy válido y es uno de los principales recursos que utilizan los clubes en el mundo para mejorar y para apropiarse de lo mejor de los otros, sin que ello signifique que se hagan viles copias de un proceder o una política deportiva determinada.

El caso del Manchester City con Vincent Kompany y David Silva es ejemplar. Ambos jugadores tendrán su respectiva estatua en las afueras del Etihad, como una muestra de la huella imborrable que dejaron en el equipo.

No andan en el City con medias tintas, ni con temores a ser criticados, todo lo contrario, reconocen a sus ídolos y les dan, de inmediato el lugar que se merece.

Lo que hace el City con ambos jugadores y que hará con otras estrellas en el futuro, no tiene ninguna relación con el poderío económico al que responde el equipo. Ello es muestra de una política clara en fortalecer la identidad.

Mientras vemos esa claridad en el City y otros clubes europeos, en Costa Rica cuanto antes los ídolos sean enviados al olvido mucho mejor para todos.

Y el tema no solo va de estatuas frías, sino más bien de aprovechar esos recursos únicos y extraordinarios que posee un exfutbolista para que sea, por ejemplo, embajador de su equipo.

Se imaginan a Mauricio Montero, una vez se retorne del desierto en que estamos por el coronavirus, como embajador de Alajuelense para el país: a donde llegué será bien recibido por manudos y adversarios. Es una figura que representa esos colores rojinegros como nadie. O Róger Flores, el capitano de Italia 90, llevando el mensaje de los morados. O Claudio Jara vestido de rojiamarillo para ir a motivar a su afición en distintas partes del territorio nacional. O a Juan Cayasso como embajador de la Federación Costarricense de Fútbol, tanto para el país como fuera de aquí.

Ya me dirán los lectores que sueño despierto y por lo que se vive en Costa Rica tienen toda la razón, pero el objetivo de soñar es quebrar realidades y dejar que las ilusiones traspasen lo imaginado.

Si lo hace el City, la Juventus, el Barcelona, el Real Madrid y tantos otros clubes que convierten a sus ídolos en un valor de la marca, ¿por qué en nuestro país seguimos de espaldas a la realidad?

A los ídolos hay que darles el lugar que se merecen. Se lo ganaron dentro y fuera de la cancha. Y el ejemplo del City con Kompany primero y ahora con Silva le da gloria y prestigio al club. Un gran equipo no solo vale por sus títulos.  

 

 

*El autor es periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.

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