(VIERNES 26 MARZO, 2021-EL JORNAL). Marco Van Basten era un artista en toda regla. Era un artista del gol con una capacidad inmensa en el complejo manejo de las situaciones en el área. Sin embargo, como todo artista, cuando tiene que explicar su obra muchas veces se pierde en su propio laberinto.
Acaba de proponer que le gustaría ver un fútbol sin la regla del fuera de juego. O como le dicen en lengua anglosajona sin el ‘offside’.
Y aquí es cuando el maravilloso delantero que fue, yerra de manera estrepitosa. Lo que hizo del fútbol un arte es, justamente, la regla del fuera de juego.
Defensas que se comportan como si estuvieran dando un concierto en el Bolshói. Esa coordinación milimétrica y perfecta para aplicar el fuera de juego requiere muchas, muchas horas de entrenamiento. Si se elimina el fuera de juego, el fútbol ste singular se convierte en una mejenga perpetua.
Casi dos siglos de belleza y eficacia, como diría Menotti, serían tirados a la basura. La visión industrial y extemporánea de Van Basten es más un delirio que una opción viable. Si la International Football Association Board (IFAB) acoge la idea de Van Basten, pasará a la historia como la entidad que arruinó para siempre al fútbol.
Suficiente hay con el VAR, que embriagado de mediocridad, ha llevado a este deporte al límite y lo tiene contra las cuerdas, al cortarle intensidad y emoción.
“Tengo mucha curiosidad sobre la regla del fuera de juego, porque estoy convencido de que no es una buena regla”: esto ha dicho Van Basten. Ya lo habíamos anticipado, que pedirle a un artista que explique su obra es un sinsentido. ‘La rosa es sin por qué’, había dicho Jorge Luis Borges.
La regla 11 es la más inteligente y extraordinaria que tiene el fútbol. Sin ella, lo que queda es una mentalidad de potrero y una mejenga infinita.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.