Adilio Antonio Zeledón Meza*
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 09 DE ABRIL, 2016-EL JORNAL). Tras días de fuerte calor, nos sorprende la naturaleza con unas exquisitas lluvias, y que más el aprovechar después de la lluvia que salir a pajarear. Las aves también sienten las condiciones del clima y después de la lluvia son activas, en busca de agua en las flores e insectos que quedan expuestos tras el aguacero.
Una de estas tardes, pasado un fuerte aguacero, nos fuimos, mi esposa y yo, a pajarear al parque de San Ignacio, por los árboles que están en la esquina oeste, donde el Corteza Amarilla hace gala de su vivo color y sus bellas flores.
Y, oh maravilla, entre el intenso color amarillo de los ramos de sus flores, un “chip chip” constante nos llama la atención. Con esmero y persistencia seguimos el sonido y nos encontramos con una de las aves migratorias que cada año nos visitan en su “migración de otoño”. La Reinita Amarilla (Setophaga petechia)*, pequeña, de tan solo unos diez centímetros de tamaño y prácticamente amarilla, rebuscaba entre los ramos de flores, danzando sobre las ramas, en busca de alimento y refrescarse con algunas gotas de lluvia.
Anualmente se contabilizan unos miles de esta especie de reinita, que arriban del norte a mediados de agosto y se regresan a finales de mayo.
Qué bueno sería si plantáramos árboles propios de nuestro pueblo, para así atraer especies de aves tan bellas, que nos hacen las tardes más hermosas, después de unas ricas refrescantes lluvias.
*Observador de aves.
*Los textos científicos son fundamentados en la guía de Aves de Costa Rica, de Alexander Skutch y Gary Stiles, 1995, del Editorial InBio.